TESTIGO CLAVE NARRA REUNIÓN CON “EL CHAPO” GUZMÁN

SE TRATA DE PEDRO FLORES

Él y su hermano mellizo fueron fundamentales para conseguir la extradición del capo sinaloense a Nueva York, así como la detención y las acusaciones a medio centenar de narcotraficantes mexicanos
A sus 37 años, Pedro Flores es para el gobierno de Estados Unidos la pieza clave para entender que Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera esté sentado en el banquillo de los acusados de una Corte Federal de Nueva York, enfrentando un juicio que le puede condenar a cadena perpetua.
En la información que se emitió ayer, se refiere que Pedro y su hermano mellizo fueron fundamentales para conseguir la extradición del capo sinaloense a Nueva York, así como la detención y las acusaciones a medio centenar de narcotraficantes mexicanos.
Así mismo se aseveró que Pedro Flores apareció el martes anterior por primera vez para dar su testimonio en el caso que se sigue en contra de “El Chapo” Guzmán Loera. La importancia para el gobierno, casi de estrella para el proceso judicial, contrastó con la figura del originario de Chicago: voz miedosa y posando nervioso, todo lo contrario de lo que se espera del considerado el mayor distribuidor del Cártel de Sinaloa una década atrás.
Para Pedro la vida cambió por completo en el año 2008 cuando, viendo que su negocio de distribución en Estados Unidos iba a quedar mal parado en la guerra que se dio entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva.
Por ello decidió que no iba a posicionarse con ningún bando. Eso y la certeza de que seguir por el mundo de la droga “no iba a dar a su familia ningún futuro” le obligaron a Pedro a dar un salto al vacío: entonces los mellizos llamaron a la puerta de la agencia antidroga de Estados Unidos (DEA) y empezaron a colaborar.
Su cooperación les valió una condena de sólo 14 años de cárcel —enfrentaban cadena perpetua—, de la que saldrán en dos años por buena conducta. Haber grabado llamadas telefónicas y conversaciones con los principales líderes del narcotráfico mexicano, incluida la voz de “El Chapo” en una negociación de heroína y (se rumorea) otra donde ordena un asesinato, tuvo su recompensa.
En el primer tramo de interrogatorio, de poco más de tres horas, la fiscalía sólo tuvo tiempo de dejar caer un par de grabaciones, como un primer bocado de lo que se espera que revelen este miércoles. En los registros presentados por el momento sólo destacó una llamada entre Margarito y Alfredo “Alfredillo” Guzmán, hijo de “El Chapo”, con quien coordinaban los envíos de heroína de México a Chicago.
Hasta ahora, su trabajo había sido entre bambalinas, sin dar nunca la cara, aportando información que sirvió para hacer caer a más de 50 narcos colombianos y mexicanos, incluido Vicente Zambada Niebla, “Vicentillo”, el hijo de “El Mayo”. Este miércoles fue la primera vez que testificó en un caso.
Flores, primer testigo del gobierno que habló en inglés, no pudo ahondar mucho más que en pequeños detalles del negocio familiar en el narcotráfico. Antes de nacer, su padre ya estaba detenido por temas de drogas y antes de la mayoría de edad tuvo que ponerse al frente, junto a su mellizo Margarito, del negocio ilícito familiar. Era 1998 y poco podían saber los hermanos que una década de después se convertirían en los mayores traidores del Cártel de Sinaloa.
Se sabe que en tan sólo una década, los hermanos Flores distribuyeron por Estados Unidos más de 60 toneladas de cocaína. Su buen hacer en Chicago les llevó, en 2005, a conocer a “El Chapo”. “Estaba nervioso”, confesó Pedro.
Finalmente se destacó que a la cita con el capo mexicano llegó vestido con camiseta y pantalón corto. “El Chapo” Guzmán le preguntó si, con todo el dinero ganado, no había podido comprar el resto del pantalón. Todos rieron, cuando se encontraban en un área montañosa en la que, atado a un árbol, había un hombre desnudo encadenado y presuntamente asesinado.

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