El testamento de Alfred Nobel, donde estableció la creación de los premios que llevan su nombre, será exhibido por primera vez al público. El documento forma parte de una exposición que abrió en el Museo Nobel de Estocolmo, el día de hoy.

Escrito en 1895, en el testamento se estipula que su gran fortuna, casi dos millones de coronas, (220 millones de euros) se distribuyera anualmente como “recompensa a los que, durante el año anterior, hubieran prestado a la humanidad los mayores servicios”.

Fue un remordimiento el que impulsó al poderoso industrial a donar su fortuna para la entrega de estos celebres galardones. En 1888, un periódico francés confundió el deceso de su hermano con la suya y tituló el obituario: “El mercader de la muerte ha muerto”, aludiendo a que fue el creador de la dinamita y poseía una fábrica de armas.

En el documento, Nobel detalla las cuatro áreas entre las que se repartiría su herencia: Ciencias Físicas, Química, Fisiología o Medicina y obra literaria. En 1896 se añadió el de Ciencias Económicas.

La quinta parte de sus ingresos sería destinada “a quien haya laborado más y mejor en la obra de la fraternidad de los pueblos, a favor de la supresión o reducción de los ejércitos permanentes, y en pro de la formación y propagación de Congresos por la Paz”.

La exposición incluye también videos con entrevistas que Alfred Nobel concedió en San Francisco, Nueva York y Estocolmo.