RETRATOS HABLADOS
El tercero y último debate de los aspirantes a la gubernatura de Hidalgo, pareció marcar también el final de la contienda, ante la ausencia de uno de los dos candidatos con más posibilidades de ganar la elección del 5 de junio, Julio Menchaca Salazar, y un rostro crispado por el enojo de Carolina Viggiano Austria, por lo que calificó como un desprecio del abanderado morenista al pueblo hidalguense.
Lo cierto es que, como en pocas ocasiones, fueron los equipos de campaña, los personajes que asesoran en este caso a Menchaca Salazar, quienes le habrían recomendado no asistir al evento realizado en el auditorio de la plaza Explanada de Pachuca, al considerar que simplemente resultaba contraproducente, al mantener una tendencia cada vez más favorable para lograr el triunfo. Vaya pues, que no había necesidad, bajo el entendido de que no ganaría nada y sí podría perder mucho.
Cualquiera que haya sido el origen de su ausencia, es evidente que, en las postrimerías de las campañas, que oficialmente concluye el próximo 1 de junio, no aparece por ningún lado el ingrediente sorpresa que pudiera poner de cabeza las tendencias anunciadas con insistencia por encuestas, que con todo y la baja credibilidad que tienen para estas alturas, sí pesan en el sentir de la ciudadanía que a la no asistencia de Menchaca Salazar al último debate, casi contestó en automático, “¿para qué, si ya ganó?”.
No es así, sin embargo, porque en términos concretos es imposible hacerle al profeta en la elección que tendremos el 5 de junio, en una entidad donde nunca ha gobernado otro partido que no sea el PRI, pero también tal vez la última de todo el país que sí cuenta con una base política real, es decir militantes orgullosos de ser priístas, que simplemente no cambian ni cambiarán su preferencia política, porque así nacieron, crecieron y apuestan a morir con los colores tricolores en su pecho.
Eso es real pese a una insistente versión de que la nueva realidad del país ya no tiene cabida para un partido como el PRI, y que en estos tiempos lo único válido es seguir el rumbo marcado por el instituto político que creó el propio presidente de la República.
Y sin embargo la realidad es que el peso específico de la imagen presidencial es fuerte, muy fuerte en cada uno de los Estados donde habrá elecciones, y casi garantía de victoria ante seguidores que simplemente han decidido perdonarle todo, si hay algo que perdonar, y mantener la constante de que no hay espacio alguno para echarse para atrás.
Carolina Viggiano Austria ha sido, sin duda, una de las mejores apuestas del tricolor en toda su historia, es decir una candidata con todos los atributos para pelear de manera real por mantener al PRI en el poder, pero también, sin duda, en uno de los momentos más complicados históricamente para su partido.
Cualquiera otro personaje del tricolor que hubiera sido nominado, seguramente ya habría aceptado por adelantado una derrota, pero no así la de Tepehuacán de Guerrero, que ha logrado mantener la fe entre sus seguidores de que la única y vital decisión se tomará el 5 de junio.
Del lado de Menchaca Salazar, ha crecido sin duda el optimismo, pero también la toma de atribuciones por parte de cuadros enviados por el Comité Nacional de Morena, que en una lógica sencilla corresponderían a las filas locales, quienes simplemente han decidido aceptar de manera momentánea esa situación, y esperar el futuro inmediato para cobrar afrentas.
Como sea, el 5 de junio será la elección más vigilada en toda la historia de Hidalgo y también la oportunidad de acudir a una verdadera fiesta de la democracia, en la que, gane quien gane, deberá asumir una actitud de verdadera concordia con quien pierda, y de ninguna manera fingir para proceder después a intentar pulverizar al “enemigo de elección”, así entrecomillado, porque al concluir el proceso electoral, la vida regresa a la normalidad y esos “enemigos de elección”, deben desaparecer para siempre… por el bien de todos.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
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@JavierEPeralta