CINE DE MAÑANA
La vida de los cantantes de ópera ya había dado lugar a filmes como El gran Caruso de Richard Thorpe o Si Giorgio de Franklin Schaffner, pero ninguna alcanza el dramatismo de La música del silencio, un filme de Michael Radford sobre Andrea Bocelli, a cuya premier nos invitaron los buenos amigos de ZIMA.
Basada en la biografía del propio tenor, adaptada por el propio realizador y Anna Pavignano, la cinta nos narra la historia de Amos (el nombre que le hubiera gustado tener), un niño que nace prácticamente ciego, y al que sus amorosos padres el vendedor de tractores Sandro (Jordi Mollá) y Edi (Luisa Ranieri) tratan de curar por todos los medios a su alcance.
El pequeño tiene una voz privilegiada y gracias a su tío, gana un concurso regional, pero al crecer pierde la voz, y se deprime.
Acepta entonces estudiar derecho como quería su padre, pues considera la música “un trabajo de ciegos”.
Sin embargo, Amos (Toby Sebastián) acaba cantando en un café con un amigo, y un conocido lo manda a estudiar con un maestro español (Antonio Banderas), quien le enseña la importancia del silencio y a educar su voz.
Y aunque un promotor le promete una gira al lado de Zucchero, pasa el tiempo y no se vuelve a saber nada de él, por lo que cae en la desesperación.
El británico Radford es famoso por su adaptación shakesperiana de El mercader de Venecia y por El cartero de Neruda.
Resulta pues un director bastante académico y el filme resulta por momentos acartonado, como ocurre con este tipo de biografías.
Sin embargo tiene en su favor una buena historia, y lo que es más importante, fragmentos reales de la vida del intérprete de Volaré, que pasan al final de la cinta.
La musica del silenzio resulta pues una afortunada biografía, que será mayormente disfrutada por los admiradores de este gran artista italiano.
