Te me antojas

RELATOS DE VIDA

Te has convertido en un frenesí, quisiera tomarte quitar ese artefacto que te envuelve, admirar todo tu ser para desearte una vez más; y ya en mis manos no dejarte ir, aferrarme y no soltarte hasta que haya probado cada parte de ti.
Quiero recorrerte con mis labios y mi lengua, probar el jugo dulce que desprendes con cada toque de mis labios, y que ese sabor se quede prendido por siempre para así aliviar un poco la amargura del día.
Te me antojas tanto, que quisiera de vez en vez aplicar una ligera mordida y dejar marcado en tu cuerpo curvado, algo de mi deseo hacia ti, de mi locura por poseerte, una probadita de mi instinto caníbal que me incita a llegar al fondo.
Y es que el antojo es tan grande, que en el clímax de mi pasión, tomó un descanso para no acabar de golpe con el momento, para saborearlo, disfrutarlo y nuevamente recobrar esas ansias de tenerte nuevamente.
Tal vez no te lo mereces, pero para eso fuiste creado, para calmar los gustos, los antojos, endulzar el paladar, subir la presión, y en ocasiones como obsequio, detalle e incluso un premio por lo logrado.
Te me antojas demasiado, y aun no creo que parezca un niño pidiendo dulce, literalmente, porque la dieta que tengo, no permite tenerte y despojarte de tu envoltura, chuparte y masticarte, hasta llegar a tu centro chicloso, mi querida tutsi pop.

Related posts