
(EFE).- Sueños, fantasías y alguna pesadilla asaltan “Midnights”, el décimo disco de estudio de Taylor Swift, de vuelta a la senda del pop electrónico, pero no tanto a la discoteca como a circular en plena noche por avenidas mentales entre la bruma y fogonazos.
El álbum se ha publicado ya en todo el mundo en medio de un gran secretismo, sin más anticipos que la fecha de lanzamiento y algunas de sus fuentes de inspiración, básicamente las noches de desvelo.
También adelantó el nombre de los 13 temas, sus compositores (en todos ellos aparece como autora principal) y la existencia de una colaboración con Lana del Rey (“Snow on the Beach”) que ya había sido especulada por sus seguidores.