“Súperpeso” acaba con las reservas internacionales

En noviembre pasado, cuando el peso se cambiaba a 16.93 pesos por dólar en el mercado de divisas, la sobrevaluación aún era de 2.8%. Es decir el peso mexicano se seguía vendiendo por debajo de su verdadero valor de mercado

 

El pesó superó ayer los 19.05 pesos por dólar, mientras en el mercado interbancario de divisas fijó una cotización histórica de 18.7525 pesos por divisa estadounidense. En realidad 17.60 pesos podría ser su precio en el mercado si el Banco de México lo hubiera dejado flotar libremente y fuera el mercado quien determinara su verdadero valor, pero ahora está sujeto a la especulación que reina sobre la economía nacional.

 

En noviembre pasado, cuando el peso se cambiaba a 16.93 pesos por dólar en el mercado de divisas, la sobrevaluación aún era de 2.8%. Es decir el peso mexicano se seguía vendiendo por debajo de su verdadero valor de mercado y el Banco de México seguía gastando divisas para defender su paridad respecto al dólar, la cual fue fijada en 16.40 pesos por dólar para estructurar el presupuesto federal de este año. Gracias a la devaluación que el peso ha sufrido en 2015, su sobrevaluación pasó de 24% en 2014 a 8% en 2015, en promedio, haciendo más competitivas las exportaciones nacionales en el mundo.

 

Sin embargo, la “Flotación Sucia del peso” y la defensa de una paridad ilusoria frente al dólar, han llevado al banco central del país a dilapidar las reservas. El viernes 15 pasado el Banco de México informó que sus reservas internacionales habían llegado a 175 mil 232 millones de dólares, mil 491 millones de dólares menos respecto al cierre de 2015, cuando éstas llegaron a 176 mil 723 millones. Con ello, de febrero de 2015 cuando las reservas llegaron a 195 mil 753.53 millones al cierre de 2015, se ha producido una reducción de 19 mil 31 millones de dólares y al 15 de enero pasado de 20 mil 522 millones, equivalente a 10.5% menos que las existentes en febrero del año pasado.

 

La pregunta lógica es ¿Para qué el Banco de México está gastando las reservas internacionales, cuando el peso en febrero de 2015 presentaba una sobrevaluación de 14.12%? ¿Por qué insistir en defender un tipo de cambio sobrevaluado, en lugar de dejar que sea el mercado quien determine la paridad del peso respecto al dólar? ¿Quiénes se están beneficiando de la venta de divisas realmente?.

 

Las reformas aprobadas en 2013 estuvieron orientadas a abrir el sector energético y las telecomunicaciones al mercado. Ninguna de las reformas fueron dirigidas a buscar el bienestar de los ciudadanos, sino el de las empresas y los bancos. Sin embargo, se obvió lo que estaba pasando con la cotización del peso, el cual desde 1993 ha estado sujeto a una “Flotación Sucia”, en la cual el Banco de México interviene cada que lo estima necesario para incidir sobre el mercado de cambiario.

 

Mientras que la reforma en el sector laboral ha dejado a los trabajadores a merced de los subcontratistas, desarmados para enfrentar despidos y exigir su liquidación; lo más destacable realizado en este sector el año pasado ha sido poner fina a una aberración económica, a la existencia de tres zonas salariales, donde lejos de que la primer hubiera sido puesta en vigor en los estados con mayor retardo en su desarrollo, para estimular la emigración de profesionales calificados hacia ellos, se optó por poner ahí los salarios más bajos para estimular a las empresas a instalarse, lo cual nunca sucedió.

 

La reforma financiera, no ha sido sino un mecanismo para darle certidumbre a los bancos para recuperar sus créditos. El aumento del desempleo en realidad ha provocado un incremento de la cartera vencida de los bancos y tiendas departamentales. El desempleo real se ha tratado de cubrir con el aparente incremento de los empleos formales creados en los últimos años, los cuales siguen la lógica del aumento de la demanda producto del “Bono Demográfico”, pero que se ignora al hacer los cálculos, Bono que cada año lleva a miles de jóvenes a la edad laboral sin que el mercado sea capaz de absorberlos a todos.

 

En tanto que la reforma energética, en medio de un mercado petrolero colapsado por la reducción de la actividad económica de China y sus demanda de materias primas, así como por el reingreso de Irán, parece más una quimera del gobierno y una estrategia para acabar con PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

 

Desde 2013, la información en los medios indican que la inconformidad de los consumidores de gasolinas y de energía eléctrica va en aumento. Los aumentos a las gasolinas sistemáticos han creado las condiciones entre los ciudadanos para poner fin al monopolio de PEMEX en su venta; mientras que los cobros excesivos por el consumo de electricidad, promovidos desde la CFE de manera irracional e inexplicable, han creado la aversión a ésta empresa estatal y las condiciones para la entrada de competidores al mercado de la venta de energía eléctrica.

 

No tenemos respuestas a las interrogantes planteadas, pero sin duda, no son los “ciudadanos de a pie” que se están beneficiando con ello, sino los bancos y los inversionistas extranjeros que han encontrado en el mercado de divisas una mina de oro. Si se trata de abrir todos los sectores de la economía al mercado ¿para que dilapidar las reservas internacionales defendiendo una paridad irreal del peso respecto al dólar? ¿No sería mejor dejar que sea el mercado quien determine su valor, la productividad y competitividad de la economía nacional?

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