RELATOS DE VIDA
Trabajó incesantemente por más de dos meses, no había descanso ni en los fines de semana, pero en esta ocasión la tensión bajaba porque sabía que por fin tomaría algunos días para retomar fuerzas y liberar su cansancio con un merecido sueño, sin alarmas ni pendientes o preocupaciones.
Finalmente llegó a casa, tomó una cerveza mientras veía la pantalla en donde se proyectaba una cinta de comedia mexicana, teniendo en la mente que una vez terminada la bebida dormiría hasta que la cama lo escupiera.
Tenía apenas 10 minutos de haber terminado el líquido del tarro, y ya estaba completamente dormido y soñando, primero fue una escena de cómo fue sorteando los obstáculos y el cansancio por haber trabajado sin parar por cerca de 60 días.
Después inició el sueño en donde se observaba feliz, disfrutando del panorama y ambiente que ofrece la playa, se vio acostado en un camastro, con una cerveza en un pequeño banquito ubicado a un costado, y relajándose con el sonido de las olas, bajo una agradable temperatura, cálida pero sin quemar.
Siguió con la cadena de sueños, en algunos salía a correr, en otros lo ascendían de puesto y sueldo, en unos más se encontraba con amigos en una fiesta interminable y, en el último, estaba recostado en el regazo de su esposa, aquella compañera con la que pudo compartir alrededor de 10 años, hasta que una enfermedad se la arrebatara de su lado.
Esa ausencia sentimental era el motivo por el que se mantenía trabajando sin parar, no le gustaba regresar a casa y percatarse que su gran amor no se encontraba ahí.
En el sueño, Rosalinda su esposa, le llamaba la atención por descuidarse, por trabajar sin descanso, por no disfrutar de la casa que construyeron juntos, y por evitar recordar los momentos maravillosos que pasaron, para evitar sufrir y llorar, y él simplemente se limitaba a decir “perdóname, te extraño”.
El ver a su esposa en otro plano, le brindó tranquilidad, la que había anhelado desde el día en que lo dejó, por lo que se aferró a sus brazos, pese a que Rosalinda le repetía que se fuera y comenzara a vivir, teniéndola en sus recuerdos y el corazón, pero se resistió, y se negó tan fuerte a despertar, que dejó de palpitar para quedarse en ese mundo en donde podía ser feliz con la mujer de su vida.
