Sudamérica se estremece

CONCIENCIA CIUDADANA

    •    Las clases medias sudamericanas y no solo los sectores precarizados han despertado súbitamente del sueño en que los supo envolver la derecha


Un fantasma recorre Latinoamérica, el fantasma de la revolución democrática, que va extendiéndose  ahora de Norte a Sur sin que pueda predecirse todavía su alcance. De un momento a otro, el escenario político se modificó sorpresivamente, pues algunos gobernantes conservadores de América  no alcanzan a comprender  cómo es que  apenas a unos años de haber regresado  al poder, la rebelión social  que hoy enfrentan  ponga ya en peligro  el dominio de sus gobiernos en la región.
    Lenin Moreno, presidente de Ecuador -un político que traicionó al presidente Rafael Correa  entregándose a los intereses trasnacionales-, se vio de repente confrontado por oleadas de ciudadanos y jóvenes estudiantes que salieron a las calles  exigiendo la derogación de los ajustes dictados por las agencias financieras internacionales, y cuando aquél intentó sofocarlas violentamente,  se vio sorprendido por  el avance de la rebelión en  los siguientes días. Sebastián Piñera, presidente de Chile por segunda ocasión, pensó igualmente que la receta neoliberal imponiendo las reformas financieras, fiscales y educativas podían seguirse aplicando sin importar las protestas sociales; y seguramente tampoco pensó en obtener una respuesta ciudadana tan contundente como la habida. 
    No es distinto el caso de la Argentina, donde el gobierno de Mauricio Macri, considerado como el heredero natural en Latinoamérica  del mexicano Peña Nieto incurrió,  igual que éste,  en las mismas frivolidades y corruptela arrastrado a los argentinos a la peor crisis económica de su historia. Seguramente, Macri jamás imaginó perder la base ciudadana que lo llevó al poder, pero las pasadas elecciones primarias efectuadas hace unos días le hizo volver a la realidad como un balde de agua fría.
    Es así que las clases medias sudamericanas y no solo los sectores precarizados han despertado súbitamente del sueño en que los supo envolver la derecha, embaucándolas con las  denuncias y escándalos judiciales que acorralaron a los gobernantes anteriores a juicios amañados que al paso del tiempo han demostrado su falsedad o fragilidad probatoria; pero que en su momento lograron ponerlos en el banquillo de la ley o ser llevados a prisión sin ninguna posibilidad de defensa.
    Pero no sólo han sido causas internas, también hay otras que influyen desde el exterior   como aliciente  para reparar el error cometido por la ciudadanía al  entregar  a la derecha el poder en el pasado. En primer lugar, se encuentra la larga crisis del neoliberalismo, impotente para dar una respuesta distinta a las recetas financieras tradicionales que destruyeron la base social mínima lograda con los gobiernos de izquierda.
    Más aún, también hay otra razón que poco a poco va surgiendo en la conciencia ciudadana de aquellos países hermanos y que tiene que ver con nosotros: la victoria  de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de México del año pasado, cuyos resultados sorprendieron a la ciudadanía del Cono Sur – hasta entonces prácticamente desconocedora de la trayectoria del líder mexicano-, de cuya trayectoria van enterándose a través de las redes sociales – pues los medios de comunicación de allá están tan controlados por la derecha como los de acá-,   de los profundos cambios experimentados en México con el gobierno de “la Cuarta Transformación”, coincidentes con las grandes aspiraciones de todos los pueblos latinoamericanos.  
Así pues, el cambio en México no solo es un acontecimiento local, nacional; sino que adquiere ya una dimensión continental que sin lugar a dudas seguirá influyendo en la lucha de todos los pueblos por la reconquista de los valores humanos, sociales y económicos que les dio origen y sentido en el pasado y  renovando el sentimiento de hermandad entre nuestras naciones,  un factor que nos hace pensar y sentir no solo de afinidad por el pasado; sino por compartir los anhelos para nuestro futuro. 
¡Y RECUERDEN QUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS A TODOS CON NOSOTROS!

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