“¡Stephanie no estás sola, justicia para Stephanie!”

PACHUCA    
    •    Hace siete días, una pasante de Medicina fue asesinada; hoy su familia exige justicia


El Reloj Monumental de Pachuca marcaba las cinco de la tarde, y cerca de ahí, un grupo de personas, mujeres en específico, vestidas de blanco, con pancartas y cruces de color morado, y sobre todo, con tristeza y furia en sus ojos, se disponían a agruparse en la pérgola, colocando sus mantas en las columnas. En todas tenían la foto de una chica con un rostro grácil y una consigna: “justicia para Stephanie”.
El grupo de personas fue acrecentado mas y mas, hasta que las manifestantes formaron un semicírculo en uno de los lados del kiosko, mientras que una oradora tomaba el micrófono, condenando el feminicidio de Stephanía Rodríguez Islas, la pasante de Medicina que hacía su servicio social en Huejutla y que desapareció el pasado 13 de mayo, para luego ser hallada muerta hace siete días en un paraje de Chapulhuacán.
Un desfile de activistas en pro de los derechos de la mujer hicieron resonar su voz, reclamando a las autoridades a que se esclarezca su muerte, que detengan a los responsables y que se le haga justicia, no sólo a ella, sino a las decenas y decenas de mujeres asesinadas sin motivo aparente, sólo por el simple hecho de ser mujeres.
De pronto, una figura paternal irrumpió el centro del semicírculo, como el micrófono, se presentó como el padre de la víctima. Con desazón agradeció el gesto por parte de las organizaciones que estaban presentes, y con más furia se refirió como “chacales” a los feminicidas de Stephanie, y con mayor fuerza exigió la detención de los responsables, “porque no sólo afectaron la vida de mi hija, sino de la familia entera”.
Con cierta alarma, el padre de Stephanie dijo a los presentes que “de no hacer algo al respecto, vamos a ser como los demás estados”. Y agregó: “ yo sé ni con todos los policías del mundo podemos detener esto, pero ya estamos cansados de ver siempre esta violencia, y de verdad pido que la Procuraduría (de Justicia del Estado) haga algo al respecto”. Aplausos y un grito de guerra: “¡Ni una menos!”
Y una vez gritadas sus consignas, se dispusieron a recorrer las inmediaciones del Reloj con sus pancartas, con sus cruces y unas banderas del mismo color. La familia de Stephanie iba adelante. Aún se percibía el dolor en sus rostros, una de ellas visiblemente afectada.
Y de momento, el Centro Histórico de Pachuca razonó las voces que imploraban que la muerte de su hija, de su hermana, de su amiga, de su vecina no quedara en el olvido, como suele suceder en este país. Con el viento a favor, se escuchó una súplica: “no quiero ser fuerte, quiero ser libre”.

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