De la observación de una mosca en un muro nació la idea de Spider-Man, el Hombre Araña, dijo su creador, Stan Lee, que indicó que el personaje estuvo a punto de no existir.
“Stan es la peor idea que he escuchado”, le respondió el editor del diario donde Lee dibujaba.
Sin embargo, Lee fue autorizado a deslizar a su personaje en el último número, condenado a desaparecer.
“Un mes después, cuando se conocieron las cifras de venta, mi jefe vino corriendo y me dijo: ‘¿Recuerdas de ese personaje que nos gustaba tanto a los dos? Hagamos una serie’”, recordó con ironía.
