
(Segunda parte)
No sé si es vanidad o masoquismo, pero en ocasiones me da por recordar textos escritos hace mucho tiempo. Es el caso de una serie de sonetos que le escribí a mi único nieto, cuando tenía unas horas de nacido.
IV
El año terminaba, tú nacías
Un treinta de diciembre, memorable.
Un maternal regazo, responsable,
Te recibió con cantos y poesías.
Entretejidas nuestras biografías
Por genético sino inescrutable,
Donde no hay inocente ni culpable,
Seremos “más que dos” todos los días.
No tuviste elección: ser o no ser.
Tiempo espacio, familia, circunstancia…
Pura causalidad fuiste al nacer.
Tienes libre albedrío desde la infancia.
Eres el responsable de tu vuelo.
Yo cuidaré tus alas: soy tu abuelo.
V
No puedo interpretarte con los ojos
Ni tú puedes leer esta escritura.
Habla la estirpe, con su lengua pura,
Escucha el alma, libre de cerrojos.
Eres mi sangre, sus destellos rojos.
Mi frívola sonrisa, mi cordura,
Un trozo de mi vida que perdura,
Un tramo de camino sin abrojos.
Cuando tus facultades, en potencia,
Se conviertan en acto, ya maduro
-Voluntad, sentimiento, inteligencia-
Espero que tu juicio no sea duro
La estrella del perdón brille en tu cielo.
Con todos mis errores, soy tu abuelo.
VI
Nunca sentí el cariño de un abuelo,
Los dos cuando nací ya se habían ido,
No los pude querer, ni ser querido,
Ni un recuerdo me sirve de consuelo.
Ambos descansan en distinto suelo,
En tumbas que jamás he conocido,
Pedazos de la tierra en el olvido,
Sin historia, sin lágrimas, sin duelo…
Te conocí, Jorge Ángel y ya puedo
Pensar que tú serás mi trascendencia,
Cuando la muerte pida mi presencia.
Envejecer a todos causa miedo.
Yo no creo en el infierno ni en el cielo
Pero creo en ti, mi niño: soy tu abuelo.
VII
Vivir es el sentido de la vida.
Nacer es el principio del camino.
Infancia que es raíz y que es destino.
Presencia por los hados bendecida.
Epicentro de amor donde se olvida
Toda maldad, torpeza, desatino…
Ángel de luz cuya inocencia vino
A renovar mi historia envejecida.
Leyes y versos hay en tu abolengo
De humilde origen: voluntad y esfuerzo.
Limpio apellido por orgullo tengo.
Mas, no estaría completo el Universo
Sin esas luces con que el alma vuela:
Los ojos de tu madre y de tu abuela.