Home Nuestra Palabra Adalberto Peralta SOMOS UN PAÍS DE ODIO, DIVIDIDO Y ENFRENTADO 

SOMOS UN PAÍS DE ODIO, DIVIDIDO Y ENFRENTADO 

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SOMOS UN PAÍS DE ODIO, DIVIDIDO Y ENFRENTADO 

ALFIL NEGRO

Nuestro país es en este momento una tierra llena de odios y desencuentros, de supuestos buenos y malos, de liberales y conservadores, de patriotas y traidores, en un clima que se alienta desde muy temprano desde la tribuna más alta del país y el seguimiento en acciones de un partido político que no se detiene en su intención de satanizar no a sus rivales en propuestas de políticas públicas, sino simplemente por no pensar como ellos.

Y esto de satanizar al que no piensa y menos actúa como los que tienen el poder tiene un nombre y se llama inquisición, que en su momento terminó quemando a los hombres libres de pensamiento como Giordano Bruno o marginando a gentes como Galileo y otros.

Ser libres en el pensamiento es lo que nos hace seres humanos, porque pensar, razonar, hacer juicios es lo que nos define como tales y respetar aún en las diferencias a quienes no piensen como nosotros habla de tolerancia y de sana convivencia.

Eso en general, y en política para los legisladores es un derecho que les da la Constitución para proceder y decidir de acuerdo a sus convicciones como dice la Carta Magna en su artículo 61 “Los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas”.

Sin embargo y después de que diputados del PRI, PAN , PRD Y MC votaron en contra de la reforma eléctrica, se desató una cacería en contra de ellos de parte de Morena y de la Presidencia  misma por el delito de no aprobar, llegando la situación a grados peligrosos pues los acusan de traidores con actos donde convocan a la ciudadanía para “fusilarlos” no con balas sino con juicios en pizarrones que colocan con ese fin, además de exhibir sus fotografías con su nombre y el calificativo de traidor.

Lo peor es que Mario Delgado el Presidente de Morena alcanzó la puntada de anunciar que el tema de los legisladores traidores se llevará al terreno penal.

Peligroso sin duda alguna.

Y de este modo la división crece, lo mismo que el odio y el rencor, y todo  porque no le aprobaron al Presidente su iniciativa.

En una democracia se gana o se pierde de acuerdo a las convicciones de los legisladores, que tienen todo el derecho de votar como quieran y decidan, que por algo son mexicanos libres en su encargo.

Pero llevar el enojo hasta esta situación nos habla de que se perdió la cordura y la sensatez.

Mal momento para el país. 

Divididos no vamos a ninguna parte y menos con esas decisiones de persecución porque no votan como ellos quieren.

Algo no funciona bien y provoca estas actitudes inquisitoriales que a nadie benefician y a todos dañan.

Ya lo dijo el libro sagrado, que todo reino dividido perecerá, y en esas estamos.