RELATOS DE VIDA
Jamás se molestó en pedir disculpas, y ni pensar en pedir perdón, ante sus constantes acciones de las que siempre salían dañadas muchas personas, principalmente su familia, que pese a estar cansados de su comportamiento continuaban ofreciendo su total apoyo.
Julian, es el famoso soltero empedernido, aquel que piensa que su atracción amorosa es fatal y será eterna; aquel que ama a todas las mujeres, aquel que las prioridades se las pasa por el arco triunfo, porque lo importante es conseguir todo lo que cree que se merece.
Durante varias décadas la fórmula le funcionó, pero ahora la situación era completamente diferente, su edad, irresponsabilidad y mediocridad lo alejan de la mirada de las mujeres, incluso las de antes.
Es ahora cuando recuerda a esa persona especial que le aguantó sus desfachateces y cinismo, es ahora cuando quiere sentar cabeza y tener un hogar al cual pueda llegar, pero ella siguió adelante después de mucho esperar.
Es en este momento, sentado en la única silla que tiene en un pequeño cuarto, sin amigos, sin mujeres y sin dinero, que reconoce que tiró su vida a la basura, la vivió al cien pero la terminará en cero. Frota por un rato más su cabeza, respira profundamente, se quita el cinturón que sostiene sus pantalones, sube a la silla, enreda el cinturón en una viga del techo, le da una vuelta en su cuello y brinca al vacío.
Nadie se dio cuenta del suicidio, hasta que su cuerpo ya apestaba y los vecinos reportaron el olor; murió solo y también vomo siempre soñó su vida, en soltería.
