
RELATOS DE VIDA
Aún existen recuerdos de largas pláticas, casi eternas, que solo eran silenciadas con el letargo del sueño, y en otras ocasiones, por la falta de tiempo para culminar las tareas diarias; ahora los silencios son constantes.
Aún existe ropa, calcetines impares, una sudadera, un desodorante a la mitad, y hasta los cepillos para el calzado, alguna que otra fotografía; pero las palabras se han ido, solo esos eternos silencios.
Aún existen esos ecos de risas, producto de las cosquillas que te gustaba hacerme, aunque lastimosamente salen en mis días más grises y desolados, aquellos en los que no quisiera recordarte y pero sĺ gritar que te odio; pero no salen las palabras.
Aún existen muchos abrazos que jamás te di, besos que se quedaron en el aire, sueños que no conté, suspiros que no solté; pero prefiero que no lo sepas, me tragaré esos impulsos y me quedaré sin palabras.