Con seis partidos en 17 días desde la Supercopa de España, el séptimo en 20 este miércoles contra el Athletic Club en la ida de las semifinales de la Copa del Rey, Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, ha ido dosificando su plantilla, porque, “si no, es imposible soportar tal carga, con sólo tres jugadores (Antoine Griezmann, Mario Hermoso y Axel Witsel) por encima de los 500 minutos de juego de los 616 disputados.

“Muy bien”, soltó, rotundo, gesto serio, entre el enfado y la ironía, el técnico argentino cuando este domingo respondió a la pregunta de cómo estaba físicamente su equipo para el trascendental duelo ante el equipo bilbaíno en el Cívitas Metropolitano; entonces a 72 horas vistas tras el derbi contra el Real Madrid, jugado este domingo a las 21.00 horas. Dos días menos de descanso que su rival, que jugó y goleó el viernes al Mallorca en San Mamés.

Desde el partido de los octavos de final de la Copa del Rey contra el Real Madrid, el Atlético no ha parado de jugar cada tres días. Primero venció en ese choque al conjunto blanco en la prórroga, por 4-2, el pasado 18 de enero; después ganó 0-1 en Granada (22 de enero), luego se impuso 1-0 al Sevilla (25 de enero); doblegó 2-0 al Valencia (28 de enero); se impuso por 2-1 al Rayo (31 de enero) e igualó 1-1 con el Real Madrid, este domingo 4 de febrero.

Un total de 616 minutos, tiempos añadidos incluidos, que ha manejado Simeone desde las rotaciones, más habituales en este tramo que en toda la temporada. Hasta el punto de que, por ejemplo, Antoine Griezmann fue suplente en LaLiga 48 jornadas después (ante el Rayo), Axel Witsel y Mario Hermoso han descansado un encuentro de inicio, Koke Resurrección y Rodrigo de Paul han sido reservas en dos de los seis choques y Samuel Lino hasta en tres.