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Silencios 

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PEDAZOS DE VIDA 

I

Lub-dub, lub-dub, lub-dub… Una vez más, pudo escuchar el sonido y luego la última contracción que concluyó con la diástole. La gente estaba alrededor mirando como el hombre que se había desvanecido unos minutos antes se convertía en silencio y luego en cadáver. 

II

Tras la nube de olor que cubrió como manto, la pequeña recámara en la que se encontraban las 12 personas, el silencio se hizo presente. Luego, unos aprovecharon para salir mientras otros se miraban con ojos de desprecio, el pedo había sido mortal, peor que cuando se come pápalo quelite, huevo hervido y frijoles juntos. Es más, ni con los garbanzos ni las habas se pudo pasar el peor momento. Una picazón en la nariz como esa jamás la olvidarán. Y el pedorro, en silencio, se vistió de víctima para ver si surgía un falso culpable. 

III

Nunca faltan, en verdad que nunca faltan aquellos que transformados en títeres de Satanás, hacen algo que rompe con la solemnidad en la Casa del Señor. Aunque en esta ocasión, la mano se le pasó al chamuco. Tras los disparos que hizo el Chicles, los gritos de la gente y la caída del sacerdote, el silencio se hizo dentro de la iglesia, entonces el asesino por primera vez supo que la bendición que el padre Benito le había echado a su pistola había sido la correcta.