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¡Silencio que provoca muerte!

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    •    Por ambición, se abusó del hambre y la necesidad de gente que se ve forzada a arriesgar su vida perforando ductos de gasolina; este viernes vimos las consecuencias…


Indignación, frustración, tristeza, sentimientos todos me invaden cuando veo la desgracia  en la que estamos inmersos y que pareciese que nadie quería llegar al fondo de los asuntos que afectan al País; es tanta la cola que algunos arrastran que la mejor manera de rescatar su status quo fue guardar silencio, y en muchos casos, silencio que llenó de dinero sus bolsillos; hoy ese silencio provocó la muerte.

Esa práctica indeseable la hemos visto con mayor frecuencia en el mundo de la política; y en sexenios pasados, casi nadie se salvaría de esta alocución, pues todos en mayor o menor grado han contribuido a llevarnos al esquema escabroso en el  que nos encontramos.

No importa el cómo, tampoco importa el porqué, lo que realmente ha importado es generar riqueza para unos cuantos, aún a costa de la desgracia de miles de personas, ¿en verdad el fin ha justificado los medios?.

Eso es lo que parece sucedió por muchos años; los que controlan el poder económico también controlan el poder político, y para ellos, la población ha sido solo un recurso material para la generación de esa riqueza mal habida.

Por unos pesos se han talado cientos de hectáreas de árboles, dejando los cerros pelones y provocando que el cambio climático se muestre de una manera devastadora.

Por intereses particulares, se construyeron presas que solo beneficiaban a quienes detentan el poder, dejando sin la mínima posibilidad de crecimientos a muchas familias afectadas.

Por ambición, se abusó del hambre y la necesidad de gente que se ve forzada a arriesgar su vida perforando ductos de gasolina; este viernes vimos las consecuencias; y puedo inferir que los verdaderos culpables jamás se mancharon las manos  ni rezarán por la memoria de los caídos.

Pero nada importa mientras los bolsillos de los provocadores de las desgracias estén forrados de billetes, aunque su conciencia esté atascada de estiércol; a esos mezquinos no les importa unas cuantas muertes más, pues se acostumbraron a tomarlo solo como un recurso renovable.

Todo por unos pesos, por muchos millones de pesos que corrompe principios, que provoca impunidad y que mata la esperanza de un futuro mejor para las mayorías.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.