Axel Kicillof (Buenos Aires, 1971) es una figura clave del kirchnerismo y su gran ariete parlamentario.
Para los argentinos que votaron a Mauricio Macri y para la mayoría de los empresarios lo es, sin embargo, la quintaesencia de todos los males. Fue ministro de Economía durante los dos últimos años de Cristina Fernández de Kirchner y el Gobierno le culpa de la herencia recibida.
Se le responsabiliza de la situación económica argentina por su política heterodoxa. Él defiende su gestión, cree que Macri lleva a Argentina al desastre y sostiene que el único problema real del kirchnerismo es que le faltó tiempo para profundizar su modelo.
Argentina tiene elecciones intermedias en octubre y el kirchnerismo busca derrotar a Macri en la provincia de Buenos Aires, un paso previo para intentar volver al poder en 2019.
Pregunta: El Gobierno justifica los problemas económicos de Argentina en la herencia recibida que ustedes niegan. ¿Admite al menos que dejaron el país en una situación complicada: déficit alto, sin acceso al crédito internacional, con alta inflación, una pobreza del 30%…
Respuesta: No, el último año creció el 2,6% el PBI con Brasil cayendo el 3%. El déficit no era preocupante. Hay que ver la evolución en 12 años [los que gobernó el kirchnerismo]. El desempleo pasó del 25% al 6%. Duplicamos el PBI. Pasamos de 138% a 38% el endeudamiento.