Esta crisis se ve acentuada por la incertidumbre que generan los incendiarios discursos del presidente Trump de quien, sorprendentemente, la fantasía discursiva opaca la realidad sustentada en números y resultados que es menester analizar
Vastos sectores de la población mexicana consideran que nuestro país se encuentra sumido en una profunda y generalizada crisis que afecta a todos los sectores, sin embargo, la más relevante es la relación bilateral con Estados Unidos; pareciera que el gobierno mexicano no atina cóomo abordar el tema.
Esta crisis se ve acentuada por la incertidumbre que generan los incendiarios discursos del presidente Trump de quien, sorprendentemente, la fantasía discursiva opaca la realidad sustentada en números y resultados que es menester analizar.
El primer asunto digno de analizar es el fenómeno migratorio; EU no podría contener la migración centroamericana, misma que hoy se ha visto incrementada y que atraviesa nuestras fronteras y territorios; México al verse en medio del fenómeno migratorio centroamericano, se ve en la necesidad de auxiliar y repatriar a muchos que arriesgan su vida rumbo a EU. México atiende y repatria a 10 centroamericanos por cada uno que deportan EU.
El segundo asunto relevante que se ve enrarecido por el discurso de Trump es el del narcotráfico, el cual deja un saldo sangriento en nuestro territorio, puesto que no solo los carteles disputan las plazas, sino que la frontera norte es totalmente permeable al tráfico ilícito de armas, de tal suerte que nuestras Fuerzas Armadas luchan contra dos enemigos, siendo el primero el fenómeno del narcotráfico y el segundo el del tráfico de armas, el Estado debe exigir a Trump un mejor resultado. EU no puede afrontar solo este mal.
El tercer asunto importante de la agenda es en Comercio Internacional; EU, México y Canadá se convirtieron en potencia manufacturera en gran medida por mano de obra mexicana, la cual ha permitido que en diversas áreas productivas seamos paradigma de competencia y calidad.
México como mercado representa para EU un cliente y aliado más grande que Alemania, Francia y Turquía juntos; se estima que desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio se han creado, tan solo en Estados Unidos, más de seis millones de empleos directos y dependientes de las relaciones de ellos con México.
Ante este panorama, no hace falta más que sentarse a la mesa, hacer a un lado posiciones ideológicas y prejuicios raciales o étnicos y ser sensatos ante las expresiones y agravios que se han vertidos en últimos meses, para proponer con base en un diálogo justo y sobre todo respetuoso para ambas naciones y sus ciudadanos, la necesidad y conveniencia de avanzar como naciones amigas conscientes del enorme beneficio que representa para ambos el perfeccionamiento de la relación comercial, migratoria y de tráfico de armas y drogas.
Si EU establecieran aranceles para productos mexicanos con tasas porcentuales del 20 al 35 por ciento como ha manifestado el presidente Trump, los únicos afectados por dicho impuesto serán los consumidores finales, familias de EU que verán de la noche a la mañana un impacto sensible y directo a sus bolsillos, derivado de una política impopular, demagoga, anti republicana y que justamente vulnerara aquello que en promesas de campaña Trump prometió defender.
Toda crisis tiene otra cara de la moneda, que se llama oportunidad y hoy, mas que nunca, se nos presenta la oportunidad de crecer, de mejorar, de apoyar a nuestros connacionales, de unirnos, de ser eficientes y de plantar cara con dignidad a un discurso xenófobo y agresivo y de ser capaces de cambiarlo a un mutuo entendimiento que genere una mayor bonhomía a ambas naciones y sus ciudadanos.