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SEMÁFORO ROJO/SIGA, ADELANTE

  • OPINIÓN

Desde niños aprendimos y supimos por sentido común que cuando el semáforo marca rojo, esto quería decir: ¡Alto, no siga! El color amarillo del semáforo era para comenzar a frenar y el verde era para seguir.

Sin embargo, ahora sucede que cuando en la terrible pandemia por la que atravesamos el semáforo está en color rojo por los más de 10 mil muertos en el país y por el constante incremento de contagios, que hasta el momento va en más de 93 mil, comienza la nueva normalidad, es decir, el semáforo está en rojo y al mismo tiempo se dice a la gente: ¡Adelante, pueden pasar, pueden seguir!

Y no tan sólo eso, sino que quien encabeza el país, sale de gira sin protección alguna, aunque dijo que si hay un rebrote, pues simplemente nos regresamos, es decir, todos al confinamiento. Definitivamente no se puede jugar con la vida humana.

Se dirá, que la nueva normalidad es sólo para actividades esenciales como salud, energía, alimentos, transporte, etc., sin embargo el común de la gente entendió que se comenzaba a regresar desde el pasado lunes a su vida normal y se observó en la ciudad de México el regreso de mucha gente al Metro, a sus actividades.

Las indicaciones son contradictorias, se cruzan y la población queda desconcertada. Simplemente no se debe hacer eso, no se puede dejar al azar lo que va a pasar y señalar que si hay rebrotes, pues simplemente nos regresamos como al principio, porque no hay presupuesto que aguante, ni médicos y enfermeras y todo el personal de salud que pueda empezar de nuevo.

Por la velocidad con que ocurren los contagios y la alta letalidad que presenta México, es muy posible que igualemos en cantidad los muertos contabilizados en Italia (más de 33 mil) y España (alrededor de 30 mil). Sin embargo, estos países guardaron el aislamiento exigido y han comenzado a salir a las calles, cuando han bajado los contagios y las muertes.

Aquí no, cuando estamos en semáforo rojo y en pleno contagio, inicia una “nueva normalidad” que de ningún modo existe, se da por decreto, pero no hay ningún elemento que demuestre que han comenzado a bajar los contagios y los fallecidos.

Es verdad que hay necesidades económicas apremiantes, que no son las mismas condiciones de empleo en Europa que en México, que la mayoría de los mexicanos viven al día, pero la primera responsabilidad de las autoridades y de nosotros mismos es preservar el bien supremo que es la vida humana.

Es el momento de encontrar y poner en práctica fórmula nuevas por parte de los gobiernos para ayudar a quienes más lo necesitan; pero no pueden decir, cuando el semáforo marca rojo: ¡Adelante, siga!

NO QUEREMOS HÉROES SIN CAPA, QUEREMOS MÉDICOS VIVOS BIEN EQUIPADOS

En estos días es frecuente escuchar y ver en la televisión intervenciones de “artistas”, para reconocer a nuestros “Héroes sin capa” refiriéndose a los médicos y enfermeras que atienden a los enfermos de Covid-19. Sin discutir el valor de esto que, sin duda lo tiene, no podemos quedarnos con la imagen de médicos y enfermeras abnegados que luchan y mueren por salvar vidas.

Sabemos que lo hacen a diario en todos los hospitales Covid-19, pero también sabemos porque ellos mismos han protestado en hospitales y avenidas que tienen que luchar de frente con la muerte sin el equipo necesario porque simplemente no lo hay. Hasta mediados de mayo ya habían perecido 111 doctores y enfermeras y el subsecretario López Gatell reconocía que eran más de 8 mil 500 los trabajadores de la salud contagiados.

“No queremos héroes sin capa” que mueren porque no tienen  ni cubrebocas ni mascarillas, menos ventiladores para los enfermos graves; queremos profesionales de  la salud que reciban todo lo necesario para seguir atendiendo a los enfermos. Ésta es la prioridad, no las obras grandes, la prioridad es la vida humana, de los enfermos pero también de los doctores y enfermeras. Los trabajadores de la salud no son héroes sin capa, eso es fantasía, no existen súper héroes sin capa, existen seres humanos con familias, con las mismas necesidades que todos, con el mismo miedo de contagiarse y morir; y que necesitan sí la comprensión, pero sobretodo equipo del mejor y suficiente para seguir en la lucha.