Seguir gobernado para el capital o hacerlo para los ciudadanos

NÚMEROS CLAROS

    •    Más que ruptura dentro del partido que gobernará el próximo sexenio, se requiere pensar en rediseñar el país y gobernar para los ciudadanos y no para la oligarquía financiera (unión de capital industrial y bancario)


La aparente tranquilidad de la transición parece haberse roto con la propuesta del senador Ricardo Monreal, de regular las comisiones de los Bancos. En estricto respeto a la profundización de la democracia en México, tanto la Cámara de Senadores como la Cámara de Diputados tienen el derecho de actuar en nombre de quienes los eligió y llevar al seno de los debates, las preocupaciones de los ciudadanos y el poder ejecutivo, tiene la responsabilidad de respetar lo que el otro poder del Estado discute y propone.
La mayoría del partido en el poder en las dos cámaras, haría mal en hacer de su agenda la agenda del presidente, proyectaría una idea equivocada de la profundización de la democracia. No se puede agradar a todos los agentes económicos, aunque lo mejor sería buscar la concertación en todas las políticas públicas en el sexenio, en particular la económica; sin embargo, una cosa deberá quedar claro, o se gobierna para los ciudadanos, para los hogares, o se gobierna para las empresas como se ha hecho hasta ahora.
No es incoherencia que los legisladores propongan revisar la regulación bancaria, por el contrario, es un acto de coherencia y congruencia con el mandato recibido por los ciudadanos. Durante años, y sobre todo después de la crisis de los Subprimes en 2008 en los Estados Unidos y luego de la crisis de la deuda soberana en los países desarrollados en 2010, España incluida, los bancos han recuperado sus pérdidas en México y nuestro país se ha convertido un paraíso para ellos.
Sólo un ejemplo de lo que pasa en México hoy. La tasa de interés que cobran los bancos por los préstamos describe el nivel de riesgo en su recuperación; por esa razón, cuando en 1994 estalló la “crisis de los errores de diciembre” la Tasa Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) a 28 días, en por ciento anual, llegó a 90.50% el 23 de marzo de 1995. Después de iniciada la crisis de 2008 en los Estados Unidos, sucedió lo contrario, debido a la recesión que enfrentaron los países desarrollados y los países del Grupo de los 20 (G20) para estimular la economía, México entre ellos, decidieron reducir las tasas de interés y llevarlas casi a cero puntos.
Siguiendo la política de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) y del Banco central Europeo (BCE), en el caso de México, la tasa de interés llegó a situarse en 3.27%, el 29 de septiembre de 2014; mientras que de septiembre de 2013 a junio de 2016, la tasa de interés objetivo del Banco de México se ubicó entre el 3% y el 3.75%. Hoy la tasa objetivo es de 7.75 y la TIIE a 28 días se sitúa en 8.19, pero ¿Cuáles han sido los beneficios obtenidos por los usuarios del sistema financiero en México?
En uno de sus informes de 2012 sobre créditos de nómina, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), señalaba que “Desde hace 6 años, surgió la figura de las sociedades financieras de objeto múltiple (SOFOM), entidades financieras reguladas (er) y entidades no reguladas (ENR), que a través de la obtención de recursos mediante el fondeo en instituciones financieras y/o emisiones públicas de deuda, otorgan crédito al público de diversos sectores y realizan operaciones de arrendamiento financiero y factoraje financiero, sin necesidad de requerir autorización del gobierno federal.”, precisaba el informe.
Más adelante precisaba el informe que, “En los últimos 14 meses, el crédito de nómina canalizado por la banca creció un 85%, mientras que la cartera total al consumo lo hizo en 28%, convirtiéndose de esta forma, en el segundo producto más demandado por las personas, después de la tarjeta de crédito, con una cartera de 104 mil millones de pesos al cierre de abril de 2012.”, presentando una tabla sobre las tasas de interés cobradas, en promedio, por los bancos.
Las tasas de interés anuales, iban desde el 96% de GEMINI Capital hasta el 36% de FIDAR. En promedio, dentro del sistema financiero, la tasa de préstamos de nómina pasó del 25.50, a finales de 2014, a 23.54%, del mismo mes de 2016; en tanto que las tasa de los préstamos personales pasaron, en el mismo período, del 29% al 28.87% y las tasas de las tarjetas de crédito de 41.97% a 42.20%, en promedio. Mejor suerte tuvieron los usuarios de préstamos automotrices, cuya tasa fluctuó entre el 11.66% y el 12.15%.
Hoy la tasa del crédito de nómina fluctúa entre el 10.00% y el 44.90% de Santander, hasta el 50% de Banco del Bajío. Sin embargo, las tarjetas de crédito, incluido su Costo Anual Total (CAT), van desde el 57.1% hasta el 177.7% de CONSUBANCO. Es decir, si comparamos la tasa de interés con que presta el Banco de México a los intermediarios financieros, bancos comerciales, con las tasas de interés que cobran éstos a los usuarios del crédito, la diferencia entre las tasas en brutal y aberrante.
Lo anterior, sin considerar las comisiones bancarias que han desatado la tormenta y especulación financiera en México, luego que se presentara la iniciativa para regular el funcionamiento del sistema financiero en el senado, por ahora sólo dirigida a las comisiones.
Más que ruptura dentro del partido que gobernará el próximo sexenio, se requiere pensar en rediseñar el país y gobernar para los ciudadanos y no para la oligarquía financiera (unión de capital industrial y bancario); por lo que, en estricto respecto a los ciudadanos, se requiere reorganizar el sistema financiero, más que apuntalar una mediocre reforma financiera aprobada en 2013, la cual legitimó la explotación de los usuarios del crédito, quienes diariamente se levantan a trabajar para los bancos y tiendas departamentales, pero apostaron por un nuevo gobierno con una nueva visión sobre la justicia social.
 

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