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Se piensa en 2018, sin ver lo que se está haciendo

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Sí el país no fuera por el camino que sigue marchando y las reformas aprobadas en 2013 hubieran dado los frutos propuestos

Enrique Ochoa Reza, dirigente del PRI, ha afirmado que hoy la responsabilidad de su partido es favor de los derechos de los ciudadanos, la educación, generar empleos, fortalecer la distribución del ingreso, frente a una propuesta populista que, en su opinión, no cree en las reformas y propone revertirlas. A la vez, ha señalado que el México que propone Andrés Manuel López Obrador, en contra de las reformas y libertades, no es alternativa de desarrollo para las mayorías.

Sí el país no fuera por el camino que sigue marchando y las reformas aprobadas en 2013 hubieran dado los frutos propuestos; sí en México el número de pobres hubiera dejado de ser 53.3 millones de pobres de inicios del sexenio y no 55.3 millones en 2014; sí el número de trabajadores de la economía informal hubiera dejado de ser más de los 34 millones actuales; si los miles de profesionista mexicanos con estudios en México y en extranjero estuvieran trabajando y no desempleados, desplazados por argentinos, españoles y cubanos que trabajan hoy en las secretarías del Estado; sí los empleos se hubieran multiplicado y los ingresos de los hogares incrementado, podríamos aplaudir tales afirmaciones.

Pero no es así, los miles de militantes y simpatizantes del PRI, que hicieron posible que volviera a Los Pinos en 2012, no han obtenido el reconocimiento a su trabajo de entonces, ni un espacio dentro del gobierno federal; poco a poco, en la medida que ha pasado este sexenio, han perdido la esperanza de participar en el ejercicio del poder político que hicieron posible que su partido alcanzara. Al poder, junto con el presidente Enrique Peña Nieto, llegaron secretarios, subsecretarios y algunos directores generales, pero las estructuras y las políticas han continuado intactas.

Los propios funcionarios, de nivel de Director General o General Adjunto, que durante años trabajaron en las oficinas del PRI nacional y ahora lo hacen en algunas de las secretarías, lamentan que el país transite por un camino que no es el que ellos imaginaron y deseaban; están conscientes que hoy su partido se ha apartado de las masas, las cuales durante años fueron su soporte fundamental.

De este modo, con simpatizantes y militantes desencantados, es difícil suponer que puedan repetir en 2018, pues con las actuales políticas, su prolongación y profundización, sólo podrían provocar una crisis mayor a la actual, un aumento mayor de la desigualdad y mayor frustración entre los millones de ciudadanos que han sido desplazados del mercado laboral formal; significaría, agravar aún más la crisis de inseguridad y de violencia, que se trata callar para proyectar la imagen de “Un México en Paz” que no existe.

Evidentemente, no existe hasta hoy una mejor opción y una mejor propuesta, dentro de la clase política, para dirigir el país; pero los líderes surgen de las circunstancias históricas y es posible que en 2018 el país tenga una mejor propuesta que la que hoy nos ofrece Consulta Mitofsky sobre los posibles candidatos a la presidencia de la república.

Populista, socialdemócrata, socialista, comunista, sinarquista, anarquista o de derecha recalcitrante, el país necesita el liderazgo de alguien que ayude a transformar el país y poner fin a la corrupción, a los abusos del poder, al tráfico de influencia, de alguien que piense en México de manera desinteresada y no en su familia y en la acumulación de riquezas a ultranza, usando la magia de los contadores para lavar dinero de las arcas del Estado.

No son dos ni tres los gobernadores del PRI y del PAN que están manchados por la corrupción, ni son insignificantes para ocultar a la población el daño que han hecho; por lo que no basta con sacarlos de sus partidos, porque en nombre de ellos han gobernado y ejercido el poder para servirse de él. En el foro organizado por el Centro Woodrow Wilson, en los Estados Unidos, Renato Sales Heredia, Comisionado Nacional de Seguridad, aseguró que se va a capturar a los ex gobernadores prófugos, al priista Javier Duarte de Ochoa, de Veracruz, y al panista Guillermo Padrés Elías, de Sonora, pero no son los únicos.

De tal forma que 2018 marcará un punto de quiebre en la historia de México, no sólo por quien llegue al poder, sino porque dentro del propio PRI se producirán rupturas y conflictos por la nominación; lo importante será capitalizar el potencial de la sociedad para elegir la mejor opción que permita poner fin a las políticas actuales que no representan ya los intereses de la mayoría de los ciudadanos.