Explosión en la Estación Central de Bruselas

Desde los atentados de marzo de 2016, las medidas de seguridad han sido reforzadas en la red de metro y las estaciones de Bruselas. No es necesaria identificación para coger trenes, salvo excepciones como el Eurostar, ni hay escáner para las maletas, pero sí hay numerosas patrullas de militares fuertemente armados durante todo el día.
“Podemos decir que se ha evitado lo peor”, reaccionó el Gobierno ayer tras el ataque de anoche en la estación Central de Bruselas, donde un presunto terrorista provocó una explosión sin causar heridos y murió abatido por militares presentes en el lugar.
El atentado no ha sido reivindicado y es considerado un acto “terrorista” por la justicia belga. El ministro del Interior belga, Jan Jambon, no quiso dar detalles sobre si el sospechoso no llegó a hacer estallar una carga explosiva mayor que la que portaba. Pidió esperar la versión de la Fiscalía federal, que investiga el caso como un “ataque terrorista”.
A las 20.49 horas, un maquinista dio la voz de alarma y entre caos y miedo comenzó una precipitada evacuación. Los soldados actuaron por la amenaza del joven, que llevaba ” una mochila y explosivos”, según la Fiscalía de Bruselas.
La Libre Belgique recoge el testimonio de Jean-Michel Michel, jefe de Estación y testigo de lo ocurrido. “Hemos escuchado una explosión y hemos pensado que era una bomba. Tuvo lugar en el entresuelo. Un hombre ha bajado a las vías 3 y 4 y gritaba “Allahu Akbar”. Debía de tener unos 35 años”.
Otro testimonio recogido por el diario, de un trabajador de la propia estación, señala que el hombre gritó que “siempre habrá yihadistas” antes de hacer explotar una maleta.
Según el comisario de la Policía de la zona de Bruselas, los hechos ocurrieron en las escaleras del vestíbulo principal de la estación. El suceso provocó el pánico entre las personas presentes y obligó a evacuar inmediatamente la estación y las calles aledañas.