Santa Matilde

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El Faro

  • Si ustedes visitan actualmente el fraccionamiento no verán un solo jardín, no verán juegos para niños

El Fraccionamiento Santa Matilde es un espacio habitacional que pertenece al municipio de Zempoala. Está conurbado con los municipios de Mineral de la Reforma y de Pachuca de Soto, al sur de esta última ciudad. Tiene un espacio en Wikipedia que menciona es habitado por más de cinco mil viviendas y conforma, aproximadamente, el 30% de la población del municipio al que pertenece.

Comenzó a construirse hace más de dos décadas. Se promocionaba en aquel entonces como una privada segura compuesta por pequeñas privadas. En el plano original que mostraban aparecían los espacios comunes en los que iba a ver área comercial, área de recreo e incluso una capilla para todos los habitantes de la zona. El plano dibujaba una zona muy agradable para vivir.

Pero las cosas no se dieron tan amablemente como aparecían en el papel. Cuando entregaron un buen número de casas te dabas cuenta de que había que pagar un bono en concepto de servicio eléctrico y de agua. Se suponía que era de momento, en lo que se vendían más casas. El hecho fue que nunca llegó ese momento. Quien sí llegó fue Caasim y la CFE para de manera rápida y cobrando recargos urgió a todos los vecinos a poner el medidor que se debía haber puesto desde el principio. Si teníamos luz y agua sin medidos y esas instancias no lo sabían, ¿la empresa se estaba robando los servicios?, ¿estas empresas no lo sabían desde el principio? Primera sorpresa.

De repente la empresa constructora, bastante conocida en el estado de Hidalgo, cambió de nombre y desapareció. El servicio posventa se acabó y en su espacio creció un colegio que hasta ahora existe y que pertenece al consorcio educativo que tiene la empresa constructora del fraccionamiento. Y las privadas ya no se cerraron, los servicios que prometían estaban enterrados tuvieron que sacarse al aire, los medidores se tuvieron que poner de manera urgente, el agua ya no llegaba y había que buscar pipas, los servicios de telefonía e internet apenas llegaban… y ya no hubo a quien dirigirse.

Actualmente se han construido nuevas casas. El fraccionamiento, o ciertas partes de él, se han convertido en espacios llenos de polvo, con ruido frecuente todo el día, con peligro por el transporte de materiales constante. Las calles están destrozadas por el tránsito de camiones con y sin carga, de retroexcavadoras, de maquinaria pesada.

Si ustedes visitan actualmente el fraccionamiento no verán un solo jardín, no verán juegos para niños, no verán que los camiones municipales de Zempoala lleguen a recoger la basura, no verán espacios comunes cuidados, no verán urbanización organizada para el crecimiento armónico de toda la zona que tanto está creciendo. 

Y dirán ustedes que cuál puede ser el interés por esta zona. Posiblemente ninguno. Pero el sábado pasado cayó una tormenta y como siempre, desde que se fundó Explanada, se inunda de manera irremediable. Y nada parece cambiar. La extensión urbana de la ciudad hacia el sur se ha realizado sin orden ni concierto, sin estructuración, supongo que a golpe de puro talón bancario. Y las problemáticas, que no deberían existir, no se solucionan, no se atienden. Si hubo coches que se hundieron en los charcos de las tormentas allá ellos. Ya son varias las columnas que han dedicado al tema del sur de la ciudad. Es la primera imagen de ella y no es muy atractiva que digamos. Podría mejorar para que todos quienes viven en esa zona mejoren su calidad de vida. 

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