En Ciudad Juárez
Pocas veces ocurre una ecuación tan dura en la que se juntan en un mismo instante la vida y la muerte. Ha ocurrido en Ciudad Juárez, México, cuando una mujer de 23 años, María Ana Ávila Zaragoza, embarazada de ocho meses, fuera trasladada de urgencia al hospital tras recibir disparos en la cabeza.
Tras una intervención quirúrgica de más de tres horas los médicos han podido sólo certificar que en el mismo instante que fallecía la madre, ejecutada, nacía su hijo. “El recién nacido ha sido entregado a sus familiares que se han hecho cargo de su custodia. Nosotros como Fiscalía nos encargamos sólo de la investigación del homicidio, el bebé ya está con sus familiares”, explicó el portavoz de la Fiscalía Norte de Chihuahua.
La feliz y triste noticia a la vez, en la que una nueva vida emerge de una vida ya muerta, es parte de una escalada de violencia que se vive en Ciudad Juárez en las últimas semanas.
La urbe fronteriza con EU, que a finales de la década pasada se convirtiera en ejemplo de la fuerte oleada de crímenes que asolaba México, especialmente por sus numerosos “feminicidios”, parece volver a sufrir un pequeño repunte de crímenes.
