Saltar al pasto de la eternidad todos los días

Saltar al pasto de la eternidad todos los días

LAGUNA DE VOCES

La historia es la siguiente: un hombre arranca todas las hojas al calendario, menos la del mes en que cumple años, con todo y que logró un acuerdo de tipo mágico con un ser iluminado que se le apareció en un cruce de camino a las doce de la noche, por medio del cual podía ser de hecho eterno si desaparecía el pedazo de papel en que se atravesara su mes y día de nacimiento. Contrario a lo señalado hizo todo lo contrario, lo que despertó tal curiosidad del que para estos momentos usted entenderá que se trataba del diablo, que decidió esperar al siguiente año para ver si continuaba como semejante absurdo.

Hizo lo mismo, sin ninguna variante y lo único que pudo observar es que el hombre se hacía más y más viejo, de tal modo que su alma le pertenecería al que no es bueno sin haber recibido nada, absolutamente nada a cambio, como no sea la vejez propia de un humano carente de todo éxito económico y sentimental. Vaya pues un rotundo fracaso en todo cuanto emprendía.

El demonio se aburrió y dio por sentado que por primera vez se había topado con un perdedor que deseaba llegar a la muerte sin ganar nunca nada en su miserable existencia, lo que terminó por confirmar sus sospechas de que seguramente Dios también se había olvidado del que había malbaratado su alma, por algo que hubiera podido hacer con o sin pacto diabólico de por medio.

Nunca más prestó atención alguna a ese que no ambicionaba riquezas, mujeres, poder, sino simplemente quitarle todas las hojas al calendario con excepción de la suya, lo que atribuyó a que ni siquiera había entendido el conjuro demoniaco que consistía en que a falta de una hoja de calendario donde aparecería su mes y día de nacimiento, se le consideraría asunto perdido y nadie, ni el tiempo, se tomaría la molestia de indagar algo acerca de su existencia. 

Sin embargo, y al haber procedido en sentido contrario, Tiempo, Dios y todos los que tienen que ver con la existencia humana, centraron su atención en el hombre que había despreciado la eternidad.

El primero en descubrir la treta fue Dios. No dijo nada, se puso triste y simplemente se marchó para nunca regresar. Pero fue con el Tiempo, que se sintió burlado de manera vil, y accionó el mecanismo que marcaba su autodestrucción.

Al final el diablo todavía pensó que tenía algo qué festejar, pero sin personas a las que hacerles alguna maldad, sin su contrario que disputara con él la aplicación estricta del poder de las malas costumbres y procederes, solo atinó a decirle a ese que consideraba vil perdedor que estaba bien, que se había dado cuenta de lo que había hecho al concederle una vida, que de tan miserable solo reflejaba el verdadero rostro de los que se habían esfumado en la eternidad. 

Le dijo que estaba bien, que ya habría una nueva oportunidad en tanto se reiniciaban los mecanismos para volver a crear el Universo, los Multi Versos, de uno de los cuales seguro había saltado este sujeto que simplemente reía y arrugaba la frente, en señal de que el tiempo pasa solo para los que desean una eternidad, que está al alcance de todos los que saben brincar de la calle al pasto del parque donde vive la esperanza.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

Related posts