La Cámara Americana de Comercio alerta también sobre la corrupción y la impunidad en México
La sensación de impunidad y del fortalecimiento del crimen organizado son dos factores relevantes para las compañías residentes en el país. Los empresarios no confían en las autoridades; 20% prefiere no denunciar. Cuando lo han hecho, un 52% de los entrevistados señala que la respuesta ha sido “deficiente” por parte de los funcionarios locales.
Los grandes empresarios temen más a la corrupción que a la violencia. Un informe de la Cámara Americana de Comercio (American Chamber) señala que la principal amenaza para las empresas extranjeras en el país es la inseguridad jurídica que perciben en algunos Estados. “La corrupción sale cara”, concluyen desde el organismo.
La situación se ha vuelto tan difícil en algunas entidades, que muchas empresas están cambiando sus oficinas hacia lugares más seguros. Este es el panorama según las compañías: “Muy similar al que sienten los ciudadanos. “La falta de un Estado de derecho sólido es un desincentivo para la inversión y la generación de empleos formales. La corrupción genera incertidumbre sobre las reglas del juego y esto afecta negativamente a todas las empresas”, cuenta Ana López Mestre, vicepresidenta de la American Chamber en México.
Este factor de inseguridad ha aumentado con respecto a los últimos años. El informe que presentaron el miércoles recoge opiniones de 340 directores generales, de los cuales 60% representan a firmas extranjeras.
Diez empresas dijeron haber reubicado sus operaciones hacia el interior del país y otras 13 tienen planeado hacerlo
La mayoría ha decidido encargarse de su propia seguridad. 83% asegura que sus condiciones han mejorado gracias a la puesta en marcha de medidas internas (capacitaciones de personal, protocolos de viaje, controles de acceso, cámaras de vigilancia y guardias privados).
Los delitos que más han sufrido, después de la corrupción, son la extorsión virtual (a través de cualquier medio electrónico), el robo, el ataque al transporte y la agresión o amenazas a empleados. La extorsión de este tipo ha crecido en un 10% en comparación con el periodo 2014-2015, señalan los encuestados, y se trata casi siempre de una llamada de teléfono anónima o tráfico de información sobre operaciones. Casi un 20% de las compañías declaran haber sido asaltadas más de cinco veces. Y el secuestro exprés ha disminuido ligeramente este último año, apuntan desde el organismo.