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Sala de espera

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LA GENTE CUENTA

Un sol inclemente, característico de la temporada, azotaba las calles de la ciudad. Afuera de un edificio gris, al igual que el asfalto, personas se encontraban sentadas, tratando de buscar un lugar para guarecerse del calor y de la radiación. Algunos afortunados tenían paraguas, pero el cansancio suele cobrar factura muy pronto.
    -¿Y usted de dónde viene? –preguntó un señor de camisa azul claro y un pantalón de vestir oscura a una señora de playera blanca y un conjunto deportivo rosa.
    -De Guerrero.
    -¿De Guerrero? –cuestionó incrédulo-. No lo puedo creer: viene de tan lejos solo para que le den malas noticias.
    -Creo que valdrá la pena –asintió asertiva la mujer-. Mi familia podrá estar tranquila y en paz.
    -Si no es indiscreción, ¿ya cuánto tiempo tiene esperando alguna noticia?
    -Pues… -la fémina se detuvo un poco para recordar-. Creo que van a ser más de tres años, pero la verdad prefiero que me digan ahora lo que creo voy a escuchar.
    Vendedores de aguas y paletas heladas acechaban el sitio, ofreciendo a todos posibilidades de mitigar el calor. La señora compra una paleta, el hombre decide hidratarse.
    -Pienso igual que las personas también vienen de lejos solo para escuchar lo que quieren saber –opina el hombre de camisa-. Yo llevo más de cinco años buscando a mi hijo y no he obtenido nada. A veces creo que la justicia apesta.
    -No se crea, todos los que estamos aquí pensamos lo mismo –intervino ella-. ¿Ve cuanta gente hay aquí, formada, a pleno rayo del sol? Vino de otros lejanos lugares como se pudo, pero eso es lo de menos. Solo quieren que les entreguen a sus familiares para darles cristiana sepultura –su voz comienza a quebrarse.
    El hombre mueve la cabeza de forma positiva, en empatía con su contraparte; pero de pronto ruidos estremecedores irrumpen la tranquilidad. De un extremo de la calle desfilan dos tractocamiones, cada uno con sus respectivos remolques refrigerados, y uno de ellos emanaba un olor repugnante. Todos se levantaron de sus sitios, horrorizados.