- «Quién será el dirigente en Siria lo debe decidir el pueblo sirio», dijo Dmitri Medvédev, el primer ministro ruso
Rusia volvió a recurrir ayer a los malabarismos lingüísticos para desligar su campaña de bombardeos aéreos en Siria contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) del futuro del régimen del presidente Bachar al Asad.
“Por supuesto, nosotros no luchamos por líderes concretos, sino que defendemos nuestros intereses nacionales”, afirmó Dmitri Medvédev, el primer ministro ruso, en declaraciones a la televisión pública.
Al mismo tiempo, recordó que, en estos momentos, “el legítimo presidente es Al Asad”.
“No, en absoluto. Quién será el dirigente en Siria lo debe decidir el pueblo sirio”, dijo en respuesta a la pregunta de si Rusia ha acudido en auxilio de Al Asad y no del pueblo sirio al intervenir militarmente en el país árabe.
Hace una semana era el presidente ruso, Vladímir Putin, quien admitía que el objetivo de los bombardeos era “estabilizar a las autoridades legítimas y propiciar un compromiso político”.
Y ahora le ha tocado el turno a Medvédev, quien llamó a EEUU y a “todos los países interesados en que en esa región reine la paz y en que allí haya un poder normal” -desde Turquía hasta Arabia Saudí- a “abordar cuestiones políticas”.
“Por cierto, no importa quién esté en la cúspide. No queremos que en el poder esté el Estado Islámico, ¿correcto? Entonces, debe ser un Gobierno civilizado y legítimo. Esto es de lo que hay que hablar”, dijo.
Y parafraseó a Putin: “Es evidente que si no eliminamos a los terroristas, vendrán a Rusia. En segundo lugar, tenemos una petición de las autoridades legítimas. Precisamente, de ahí nuestra postura”.
Medvédev subrayó que desde el estallido del conflicto Rusia ha mantenido invariable su postura: “No tomaremos ninguna decisión que mine la autoridad del Gobierno en el poder”.