CINE DE HOY
Sin mucho ruido por eso de los escándalos sexuales, se ha estrenado en una de las salas de la Cineteca Nacional, la más reciente cinta de Woody Allen, La rueda de la maravilla.
El filme nos recuerda la espléndida Jazmín azul, solo que en un tono más a la Eugene O’Neill, a quien el realizador rinde homenaje.
La trama sigue los pasos de Ginny (Kate Winslett), una aspirante a actriz divorciada, quien ha terminado como mesera en un parque de diversiones de Coney Island a fines de los 50, al lado del alcohólico Humpty (Jim Belushi), y de su pequeño hijo piromaniaco.
Su aburrida vida se transforma por dos acontecimientos, la llegada de Carolina (Juno Temple), la joven hija de Humpty, quien la había repudiado por haberse casado con un gangster.
Pero la chica ha testificado en contra de éste, y sus esbirros la buscan para matarla.
Además la mesera se enreda en un romance con el joven salvavidas del lugar y aspirante a escritor Mickey (Justin Timberlake).
La verdadera tragedia comienza, cuando el salvavidas se enamore de Carolina y despierte los celos de Ginny.
Al igual que Blue Jasmine, el filme está concebido para el lucimiento de la actriz principal, pero aunque la ganadora del Oscar Kate Winslet está correcta, no alcanza las excelencias de Cate Blanchett en la cinta anterior, que el valieron un merecido óscar.
Tampoco resulta muy convincente como narrador Timberlake, a quien habíamos visto mejor en Las curvas de la vida.
Wonder Wheel no es de lo mejor de la carrera del legendario realizador de Manhattan, La rosa púrpura del Cairo y Ana y sus hermanas, pero sin duda es una cinta interesante que hay que ver, pues mantiene el oficio de uno de los realizadores más constantes e interesantes de la cinematografía mundial, pese a sus ochenta años.
