
RETRATOS HABLADOS
Los más recientes estudios sobre la supervivencia del periódico impreso en nuestro país, sitúan el 2054, como el año en que los digitales alcancen el valor que actualmente tienen los que se producen en una rotativa; y cuando hablamos de valor, es evidente que nos referimos al ingreso por publicidad oficial y comercial. Es decir que todavía quedan tres décadas, antes que se cierren definitivamente los talleres de los diarios que actualmente conocemos.
El cambio generacional en todos los sectores, y por supuesto nuevos lectores que ven como una reliquia las monumentales maquinarias, encargadas de dar vida a la letra impresa; y su conocimiento del mundo informativo a partir de los sistemas digitales, en esencia a partir de un aparato diminuto como el celular, pero con todos los elementos que ninguna rotativa, por muy moderna que sea, puede ofrecer, como es el sonido y la imagen, nos habla de un destino infausto para los que nacimos todavía, con el gusto por la tinta y el ensordecedor ruido que brota de un taller de impresión.
Para fortuna mía, y de muchos de mis contemporáneos, cuando llegue ese momento justo, en que se apague la rotativa y se anuncie que todo terminó, con mucha seguridad seremos mudos observadores desde ese lugar donde van a parar los que cerraron los ojos eternamente, igual que la maquinaria que tendrá como único destino ser vendida como fierro viejo.
Hoy todavía algunos autores explican la todavía existencia del diario de papel, en la resistencia de los que conforman el poder político a ver destruido el espejo en el que se contemplan cada mañana, al momento de tomar sus alimentos, y se sonríen al ver su fotografía con el traje recién comprado, o bien se vanaglorian por todas las flores que tiran sobre su humanidad columnistas y articulistas a los que solo les falta calificarlo como Aquiles, o, lo que es lo mismo, Semi Dios del ejercicio político.
Sin embargo, además de estos vicios que han arrastrado los medios impresos, pero que ya están presentes en los digitales, incluso con mayor desparpajo, existe un elemento fundamental que le da vigencia, fortaleza al informativo que sale de una rotativa: lo que escriben sus reporteros, columnistas y articulistas, se queda impreso de manera permanente, con su nombre y a veces hasta con su fotografía, y el ejemplar que sale a la calle es una prueba contundente de que no es un fantasma, o un invento.
En un digital no es así, porque todo puede ser modificado en unos minutos, o se puede argumentar una violación, desde el ciberespacio, a los servidores desde donde se suben los contenidos. En su contraparte es imposible, porque el proceso es prácticamente manual, y todo lo que pasa en un impreso… se queda en el impreso.
Así que, en estos tiempos que tapizan el espectro digital informativo con campañas y más campañas, siempre será prudente confirmar con el impreso del otro día, si lo que se lanzó aprisa en la tarde noche de la víspera, era real o no.
El tiempo pasa, por supuesto, pero al final del día, lo que sustentará la valía de un medio informativo, sea impreso o digital, es que cada uno de sus integrantes, sean profesionales en el ejercicio periodísticos, no inventos surgidos de un día para otro, o de tipo coyuntural para impulsar a tal o cual candidato al cargo que sea.
Hacer periodismo, antes, ahora y en el futuro, es una responsabilidad mayúscula.
Esperemos que el cierre definitivo del taller de rotativas, todavía quede muy lejano.
Mil gracias, hasta mañana.
Mi Correo: jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
X: @JavierEPeralta