El arte de la caricatura no ha sido bien valorado en México ni en muchos países, por eso la gran mayoría de los originales publicados en la prensa diaria fueron tirados a la basura después de utilizados, afirmó Agustín Sánchez en la presentación de “100 años de caricatura en El Universal”, un trabajo que busca justo apreciar la aportación de los artistas del humor a la cultura nacional.
Ante decenas de asistentes al auditorio de Historia Mexicana, el editor de Cultura y del suplemento Confabulario de EL UNIVERSAL, Julio Aguilar, dijo que El gato culto, de Paco Ignacio Taibo, es de las pocas viñetas cuyos originales se conservan, a diferencia de la fotografía, de la que se han guardado negativos e impresiones que permiten su recuperación.
Algunos originales de caricatura se han conservado por amigos o familiares de los autores, pues una vez que cumplían la función de ilustrar, alguien los guardaba y al paso del tiempo se iban convirtiendo en papel viejo que terminaba en la basura.
Al respecto, señaló Agustín Sánchez, “es una tragedia, los originales se iban a la basura, ya no existen, pero no sólo en México, pasa en todas partes porque la gente no valoraba la caricatura como una expresión artística”, y hasta había autores que no firmaban sus trabajos porque se sentían avergonzados.
“Todavía se discutía hace unos dos años si la caricatura era un arte menor, fue muy menospreciada, muy poco valorada, y es muy reciente el rescate que hemos hecho algunos investigadores, a pesar de que en México hemos tenido una calidad enorme de caricaturistas, y es lo malo, porque si hubiéramos tenido buenos gobiernos no hubiéramos tenido tan buenos caricaturistas”, bromeó el historiador.
Zambullirse un año en las páginas que durante un siglo publicó este diario fue para Sánchez una gran experiencia por los hallazgos que encontró y que tuvo la paciencia de resumirlos en el libro “100 años de caricatura en El Universal” (coeditado por EL UNIVERSAL y la Secretaría de Cultura), que el miércoles fue presentado en esta ciudad con los comentarios de Julio Aguilar.