“Te lo digo Juan, para que lo entiendas Pedro”
La estrategia de buscar “reventar” cualquier negociación o acuerdo contrario a sus muy personales intereses, que, por supuesto no son ni los de su partido, ni tampoco de quien dirigirá los destinos del estado de Hidalgo a partir del 5 de septiembre, colocan para estos momentos a personajes como Armando Azpeitia y al diputado, Timoteo López, en una vitrina de cristal con el atento aviso, “RÓMPASE SOLO EN CASO DE INCENDIO”. Aunque lo mejor sería colocarle una chapa con tres candados y dejarlos en el olvido.
Porque, seamos claros, son el equivalente a las agrupaciones charras creadas por el Revolucionario Institucional en sus épocas de gloria, para hacer uso de ellas cuando se hacía necesario generar un clima de desestabilización social artificial, que no en pocas ocasiones derivó en enfrentamientos de resultados lamentables.
De acuerdo a la coyuntura política es que se llamaba a líderes venales y corruptos como los de Antorcha Campesina, que contaban incluso con tarifarios establecidos; no sucedía lo mismo en situaciones críticas, en las que era muy frecuente que los “agitadores profesionales” contratados apuraran una verdadera insurrección, para después no cambalachearla por recursos económicos, sino por cargos políticos o el control de alguna institución educativa. Al final el Frankenstein creado siempre acababa por volverse en contra de sus creadores.
Son los casos de la Escuela Normal de El Mexe y sus “representantes políticos”, como un tiempo lo fue el profesor Guadarrama, y la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, que de plano pasó a propiedad del Grupo político que la maneja hasta la fecha.
Para estos momentos, y en ese esquema que siempre ha funcionado para la entronización de nuevas “dirigencias populares”, o “emergentes”, o como cada quien desee nombrarlas, se apunta el profesor Azpeitia, actual alcalde de San Salvador, y sin duda todo un personaje en las luchas magisteriales, capaz, según él, de convencer en una hora a toda una multitud con su oratoria que califica como única, pero también ligado a las acciones radicales, sea quien sea quien personifique el poder
Fiel a su origen Centista, que no Sentista, Armando Azpeitia está llamado a ser el personaje que impulse los movimientos más ligados a posiciones absolutas que no acepten ningún tipo de negociación, como no sea el compromiso de que él, y sólo él, será en seis años quien busque suceder al gobernador electo, Julio Menchaca Salazar. Todos saben que no habrá medias tintas en los compromisos que se asuman o no con dicho personaje.
Por su parte, el legislador Timoteo López, asume el papel de quien pretenderá hacerse pasar como el hombre diplomático en esta tortuosa relación que ya arranca desde estos momentos, y que no tiene como objetivo al gobernador saliente, Omar Fayad Meneses, sino al que está por entrar, al que le encargan el refrán aquel del, “te lo digo Juan para, que lo entiendas Pedro”, o lo que es lo mismo: “te lo digo Omar, para que lo entiendas Julio”.
Así de simple el aviso, pero tan fundamental que sea entendido para no caer en este tipo de trampas sexenales.
Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta
