Templanza para entregar el voto
Por muchas razones la campaña política más corta que hayamos visto, y sobre todo el uso de nuevas estrategias para allegarse el voto por cada uno de los candidatos a las 84 presidencias municipales de Hidalgo, es de agradecerse. Y lo es por una razón fundamental: vino a refrescar un anquilosado sistema de elecciones que cada día se torna más y más alejado de la ciudadanía, y que a estas alturas simplemente estaba dispuesto a que “sucediera lo que debía suceder”.
Si los votantes sufragarán por el candidato o el partido es lo de menos. El hecho sustancial es que desde hace mucho tiempo se habían dejado de lado las propuestas, con la certeza de que no serían cumplidas y luego entonces quedaba la posibilidad de votar por quien se antojaba menos lamentable que los demás.
Llevar al poder a un ídolo empezó a plantearse como el mejor camino que no podría ser peor que los otros, pero hoy mismo observamos un país confundido por apostar todo a la personalidad que se antojaba la solución a todo, porque tenía como base primordial su tesón, su perseverancia, su necedad para conseguir lo que se propusiera. El hecho rotundo es que una cosa es ser el mejor para hacer una campaña de señalamientos y críticas, y otra muy distinta el que los recibe ya investido de poder en plena tarea para la solución de lo que pareciera no la tiene.
¿Qué elegir ante este panorama que pareciera sólo puede conducir a la aplicación en los hechos del dicho: vale más malo por conocido, que bueno por conocer?
¿Qué hacer cuando es evidente que ya desaparecieron, y qué bueno, los polos donde unos eran de izquierda, otros de centro y otros de derecha. Cuando todos tienen la capacidad de mimetizarse de acuerdo a la conveniencia o necesidad?
¿Qué hacer en los tiempos que ya no se cree, resulta imposible creer lo mismo a los arrepentidos que ahora juran no volverán a pecar, que a los nuevos inquisidores que sentencian y mandan a la hoguera no a culpables, sí a los que estorban su nuevo proyecto de poder?
Por muchas razones los comicios municipales en nuestro estado tendrán que sustentarse en experiencias reales, en lo palpable, lo que para la ciudadanía ha funcionado o no de experiencias actuales o recientes de gobiernos emanados de cada uno de los institutos políticos que hoy piden el sufragio.
Y algo fundamental: la población finalmente ha caído en la cuenta de que no pueden, no debe entregar su futuro inmediato, el de su ciudad, a quien use como única arma de convencimiento el discurso de que con él o con ella todo empieza porque lo que hay es solo destrucción. Eso es falso de principio a fin. Ninguna administración por muchas torpezas que haya cometido y hundido a una capital en servicios infames y precarios, ha socavado hasta los cimientos los principios básicos de un ayuntamiento. Nada empieza con los que hoy se presentan para querer contar con su voto, y mucho menos con ellos que de pronto resultan genios de la planeación urbanística.
No es así. Nunca ha sido así.
Sospeche de los que le aseguran que reinventarán el municipio, que sobre las ruinas construirán la prosperidad porque no es cierto.
Nada se inventa de la nada, y cada uno de los 84 municipios empezará sí con un trabajo serio para desechar lo malo, pero también con la inteligencia para aprovechar lo bueno que seguro existe.
Afirmar que se empieza de cero es una mentira y debe causar sospechas. No hay tiempo ni vida para empezar cada cuatrienio la construcción de una ciudad. Eso tómelo en cuenta.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
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@JavierEPeralta