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RETRATOS HABLADOS

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Complicidad no es lo mismo que lealtad

“Afrenta, crónica de injusticias públicas; respaldo y apoyo total; demanda enérgica y contundente; respeto al Estado de derecho; comunidad soberana; triunfaremos ante todo y contra todo; la lealtad nos distingue; la voz que nunca será acallada; fuerza que derrotará cualquier obstáculo”.

Lo anterior son los elementos con que la rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, por voz de su rector, Adolfo Pontigo Loyola, buscó fijar su posición ante la detención del Presidente del Patronato Universitario, Gerardo Sosa Castelán, a manos de la Fiscalía General de la República, bajo los cargos de lavado de dinero, peculado y defraudación fiscal. Vano y lamentable intento porque no se trata de una afrenta para la comunidad universitaria, en todo caso la afrenta la pudo haber cometido el hoy preso tras la rejas del penal de alta seguridad del Altiplano.

Tampoco una crónica de injusticias públicas, y mucho menos existe el respaldo y apoyo total académicos y administrativos, y mucho menos de la comunidad universitaria en su conjunto. Si así lo creen es porque así lo quieren creer, pero el hartazgo había llegado a un nivel insoportable, y solo callado porque elevar la voz contra el grupo de poder que hasta ayer controlaba todo lo que se hiciera o dejara de hacer en la institución educativa, era entender que vendría su inmediato despido.

Respeto al estado de derecho y Comunidad soberana. ¿Quién es el acusado y por lo mismo detenido por violentar el estado de derecho? ¿Violentaron el estado de derecho los que cumplieron una orden de aprehensión? ¿Quién no pudo solventar el traslado de más de 3 mil 200 millones de pesos de una cuenta radicada en Suiza a otra en México? ¿Una Comunidad soberana puede usar esta condición para hacer negocios explicables pero no explicados?

  “Triunfaremos ante todo y contra todo”, ¿quién es el enemigo a vencer, con quién desataron una guerra tan terrible como para asumir una actitud casi cercana al martirio, y con el permiso de quién inmiscuyen a toda una comunidad estudiantil y de trabajadores a una acción bélica por asuntos de grupo cerrado y con intereses muy particulares?

“La lealtad  nos distingue”. ¿Leales a quién, a los jóvenes universitarios que hoy mismo tendrán que pagar por recursos económicos desaparecidos la disminución radical en becas, instrumentos para su aprendizaje, amén de un proceso de reconformación al interior de la UAEH? ¿Lealtad a su jefe, a su líder, a su temido patrón?

“La voz que nunca será acallada”. Es deber, es necesario señalarles que seguramente la de ustedes, los que participan en la mesa del señor que ha tomado cada una de las decisiones de la UAEH en los últimos 34 años, no ha sido acallada. Sí en cambio la de académicos de renombre que se atrevieron a cuestionar ese cacicazgo, la de estudiantes que un día se hartaron de tantas imposiciones, la de trabajadores que simplemente dijeron no.

Los que ayer firmaron el posicionamiento de la UAEH ante la detención de su líder político, debieron entender que la única y vital lealtad que tienen es con la educación superior de jóvenes hidalguenses, con miles de familias que esperan por fin que los intereses de un grupúsculo de poder deje de usar a su antojo los bienes materiales e inmateriales de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. 

Lo que manifiestan no es lealtad con su líder, es complicidad.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta