Pablo Vargas, candidato; Francisco Xavier: Miseria de la política
La postulación del doctor Pablo Elías Vargas González, como candidato de Morena a la alcaldía de Pachuca, trajo la inmediata reacción bravucona y propia de su muy particular estilo de hacer política, del cantante Francisco Xavier Berganza Escorza, un personaje gris y convenenciero, hoy bajo el manto protector del líder del Grupo Universidad, Gerardo Sosa, quien pese a estar bajo investigación por no haber podido comprobar el origen de recursos económicos por más de tres mil 350 millones de pesos traídos de la Banca de Segundo Piso de Suiza, se ha dado el tiempo para imponer candidatos morenistas a diestra y siniestra, pero sin lograr su objetivo en la capital del Estado.
Estamos ante un escenario único en la entidad, porque lo que para muchos representaba el fin del cacicazgo ejercido por el grupo política que mantiene en su poder la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo desde hace 34 años, pareciera ser que no es así, y lejos de ello obliga al partido del Presidente López Obrador a colocar como candidatos para gobernar ayuntamientos fundamentales de la entidad a personajes no solo ligados en lo consanguíneo, sino otros que logró afiliar como fieles súbditos de su reinado.
Por lo mientras, y pese a la oposición de la base militante de Morena en la entidad, ya puso como candidatos en Tula al ex diputado local y sin duda su más fiero escudero, Ricardo Baptista; en Tulancingo a su hermano, Damián Sosa Castelán, y en Mineral de la Reforma, a la esposa del aún edil, Raúl Camacho, Arely Maya.
Si usted observa, se trata de los municipios no solo con más población de Hidalgo, sino mayores recursos económicos, de tal modo que si el Grupo Universidad logra victorias el próximo mes de octubre en los municipios anotados, tendría en su poder buena parte de territorio prioritario de la entidad hidalguense. Lo anterior garantizaría la ya no tan imposible candidatura al gobierno de la entidad, de Sosa.
Donde si no pudo fue en Pachuca, ahí manejaba dos cartas: Canek Vázquez, un personaje anodino surgido del también gran cacique priísta, Manlio Fabio Beltrones, hoy cobijado por Gerardo Sosa. Igual es el caso del ex cantante, Francisco Xavier, quien sin embargo rompió todo esquema de etiqueta política, al atacar de manera cobarde a la doctora Irma Eugenia Gutiérrez Mejía, por el simple hecho de ser la madre del Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera Gutiérrez.
Mal haríamos en reproducir la sarta de bajezas del personaje de marras, pero es evidente que su aparente rabia por no ser el candidato de Morena por Pachuca, tiene su origen en el padrino político que hoy lo impulsa, y que tiene casa en el bunker del Patronato Universitario. No se puede comprender de otro modo, porque para Sosa no haber podido imponer a uno de sus esbirros, representa una derrota por adelantado ante un personaje como Pablo Vargas, al que corrió de la UAEH por el simple hecho de que éste cuestionó sus procederes, y de poco valió que fuera el investigador con más trabajos publicados, el que más prestigio traía a la institución. No solo lo despidió de manera injustificada, sino que ha hecho todo lo posible para negarle la indemnización que por ley le corresponde.
Porque con todo y las campañas de lodo que el Grupo Universidad ha dirigido en contra de quienes considera sus enemigos, al menos de lo que conocemos, lo cometido por el ex cantante rebasa todo principio básico de respeto a una mujer que mucho ha trabajado por las necesidades de los sectores más marginados de Hidalgo. Vaya pues, un vividor de la política como es Francisco Xavier, se dio el permiso de ofender a quien ha dedicado su vida para ayudar a sus semejantes.
Ese tipo de acciones no pueden, no deben ser permitidas, y menos con un sujeto de la calaña del ex cantante.
Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta