RETRATOS HABLADOS

  • Hoy color naranja, de un semáforo de cuatro colores. No tres

Falta poco pero no se confunda. El semáforo de riesgo epidemiológico no es lo mismo que el que se utiliza para regular el tráfico en las calles de la ciudad. Uno tiene cuatro colores: rojo, naranja, amarillo y verde, y el que usted y todos conocemos cuando manejamos, solo tres: rojo, amarillo y verde. 

De tal modo que si hoy, como es de esperarse, amanecimos con el color naranja, de ninguna manera es lo mismo que la bandera de cuadros que se ondea en las carreras de autos para calentar motores y salir disparados porque el verde es el color inmediato que sigue. No, porque en el asunto del coronavirus sigue todavía el amarillo y solo después de haber pasado por el rojo, naranja y el amarillo mencionado, puede seguir el verde.

Así las cosas a partir de este lunes, le recuerdo que además de las actividades esenciales, las únicas permitidas en semáforo rojo, se permite que las de tipo no esencial reinicien actividades solo con el 30 por ciento del personal, así como los espacios públicos abiertos, pero con un cupo o aforo limitado. Y nada más. Por supuesto se mantiene el cuidado extremo para las personas vulnerables (de la tercera edad con antecedentes de diabetes, hipertensión y otras enfermedades).

A estas alturas queda claro que podremos pasar al semáforo amarillo, ahí sí antecedente del verde, siempre y cuando logremos mantener la disciplina que impida la aparición de nuevos casos que pudieran llegar a saturar la disposición de camas en hospitales. 

Por muchas razones estamos ante una situación que va más allá de las pugnas políticas eternas en una entidad como la nuestra, con personajes que no han dudado en usar el dolor y la tragedia ajena para buscar un beneficio electoral cuando ya están a la vuelta de la esquina los comicios municipales.

Y va más allá porque tiene que ver con nosotros, los ciudadanos que solo son tomados en cuenta a la hora de buscar su voto. Con nosotros porque hablamos de un asunto que sí está en nuestras manos para, en la medida de lo posible, mantener las medidas que impidan la propagación del virus. Algunos podrán mantenerse en casa para evitar cualquier riesgo; otros no porque pasado tanto tiempo es necesario salir a ganarse el pan de cada día.

Pero en ambos casos la conciencia ciudadana, la que cada uno ha logrado fortalecer en lo particular y con la familia, tendrá un efecto positivo. Porque lo hemos visto con los que salen a trabajar y lo hacen con todas las medidas para evitar enfermarse, y sin duda son un ejemplo real de honestidad con ellos y con los que más quieren.

Vaya pues que sí se puede cualquiera que sean las circunstancias. Para unos será más fácil que para otros. Pero sin duda se puede.

No se confíe.

La pandemia no ha terminado ni por decreto puede anunciarse que ha sido extinguida en territorio nacional. Ojalá así pudiera ser pero no, no se puede.

En la vida cotidiana que llevábamos hasta antes del covid-19 nunca imaginamos que estaríamos tanto tiempo confinados, guardados, encerrados pues en nuestros hogares.

Así ha sido y probablemente continuaremos en esta situación hasta que la garantía de una vacuna nos anime a regresar a lo de antes.

Por lo mientras infórmese, sepa qué es cada color del semáforo de riesgo epidemiológico. 

El riesgo de ningún modo se ha ido. Ahí está, a la espera de que nos descuidemos para lanzarse directo a la garganta, a los pulmones.

Cuídese, ánimo, sí se puede.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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