RETRATOS HABLADOS

Gesticuladores con todo y el encierro

Apostamos, y mucho, a que el encierro producto de la pandemia cambiaría nuestras actitudes, la visión que tenemos de la vida, las actitudes con nuestros semejantes. Sin duda en muchos casos ha ocurrido y digno de observarse, porque estar cerca de un eventual fin siempre acerca al camino simple y sin complicaciones de la felicidad, razón final de la existencia humana.

Hicimos votos porque este sentimiento, aunque es absurdo usar este término en algo tan ligado al mundo de las simples casualidades, tocara de alguna manera el terreno político, que de pronto todos hicieran un acto de contrición y con profunda sinceridad antepusieran el respeto absoluto a la inteligencia de las personas para no volver a usar la mentira para sus intereses particulares.

Sin embargo no es así. La realidad, parece, siempre será una realidad amarga, lamentable, en la que vemos a personas lamentables que alzan la voz para urgir a que las elecciones municipales no se realicen que prisa alguna no existe, porque en el corazón les preocupa que pueda existir un repunte en casos de Covid-19. Si de verdad fuera real su interés por la salud de sus semejantes sería digno de encomio.

Pero no es así.

Una vez más responde simple y llanamente a la posibilidad de agenciarse el mayor número de ayuntamientos si los comicios se suspenden y se tiene que recurrir al nombramiento de Concejos Municipales de Administración, que están seguros será decisión única y absoluta de ellos por una mayoría de diputados que aún creen conservar.

De nuevo los intereses de grupo, de individuos, que se esconden bajo la supuesta preocupación por la salud de sus semejantes.

Nada cambia en este escenario que ya nos acostumbramos a mirar, a aceptar, a empezar a creer que será el mismo hasta que nos toque partir, y lo peor para nuestros hijos.

Hace falta que la historia cambie, que de alguna manera todo lo que nos ha tocado vivir se modifique en términos reales la patética forma en que se hace política, porque no hay otro camino para que un país como el nuestro se transforme, enderece el camino.

El encierro continuará.

De eso no hay duda.

A lo mejor todavía tenemos tiempo para que abran los ojos quienes tienen que abrirlos, para que la historia larguísima donde los gesticuladores son los que tienen papeles protagónicos, llegue a su fin.

Y lo primero es que cada uno, desde el lugar donde nos toque caminar, aceptemos con absoluta honestidad que el tiempo es finito para aspira cuando menos al camino de la felicidad, que solo es real cuando lo es para nuestros semejantes.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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