Legión de idiotas que ahora quiere matar
- ¿Ante qué estamos? Sin duda cualquier respuesta irá directo a una condición que se ha incrementado de manera brutal: la ignorancia
Ayer pasó algo muy grave en el hospital regional de Tula, luego que un paciente al parecer contagiado de Covid-19, se lanzó por un ventanal del segundo piso para intentar suicidarse, a lo que siguió la agresión ruin y cobarde por parte de acompañantes del enfermo al personal médico y de enfermería, a quienes amenazaron con linchar porque alguien debía ser culpable del hecho y por supuesto ellos no, otros sí.
¿Ante qué estamos? Sin duda cualquier respuesta irá directo a una condición que se ha incrementado de manera brutal: la ignorancia, fruto de una saturación de información falsa que pulula en las redes sociales y sitios de internet que han surgido de la noche a la mañana sin ninguna base concreta que los soporte, como puede ser una redacción conformada por editores, reporteros, fotógrafos y coordinadores de redacción e información.
Vivimos el tiempo en que todos son periodistas, y la mentira que publica uno es replicada por otros sin la menor confirmación de lo que se lanzó al mar de la internet, hasta lograr miles de lecturas e incluso manitas de aprobación por otro rebaño de ignorantes. Y lo peor es que esta majada va al siguiente paso que es ya no exigir una supuesta justicia, sino de plano aplicarla por mano propia.
Porque de la noche a la mañana se ha generado la idea de que en los hospitales y centros de salud, los médicos, enfermeras y personal en su conjunto tienen como única actividad contagiar de Covid-19 a todos los que llegan con síntomas del virus. De origen una estupidez, que sin embargo ha tenido cabida en grupos de WhatsApp, en cuentas de Facebook, y en portales seudo informativos, de donde ha brincado a seguidores de este club de la imbecilidad, quienes han dado por sentado que efectivamente mujeres y hombres vestidos de blanco son criminales.
Luego entonces, si el pariente, el conocido, quien sea decide lanzarse de un segundo piso del hospital para quitarse la vida, los únicos culpables que deben pagar son los que tienen precisamente como tarea fundamental ayudar a los enfermos.
Y es que lo contado por el personal de la clínica es dramático, porque fueron correteados por todo el nosocomio por energúmenos que pretendían lincharlos porque ya los habían juzgado y condenado. En bola, como actúan siempre los cobardes, estuvieron a punto de concretar su objetivo, de no ser por la llegada de elementos de la Guardia Nacional.
Son los mismos que en toda marcha masiva se encaran contra los representantes de medios informativos y los acosan a punta de gritos, “¡digan la verdad como es, no mientan!”. La verdad “como es”, siempre será la que diga su lidercillo que maneja a su antojo la ignorancia y la estupidez.
Los hechos registrados ayer en Tula lastiman la confianza de quienes entregan prácticamente su vida para salvar la de un semejante; son vergonzoso, lamentables, detestables en todo el sentido de la palabra.
Para los familiares del hombre que intentó quitarse la vida al enterarse que podría haber adquirido el coronavirus, sin duda nuestra solidaridad, porque nadie quiere estar en esa situación.
Para los que agredieron al personal médico y de enfermería, nuestro repudio absoluto, porque no se vale. Una cosa es ser ignorante e imbécil, otra tener iniciativa para atentar de manera vil y cobarde en contra de quienes solo buscan ayudar a sus semejantes.
Y por favor, no crean en la basura informativa que con más frecuencia circula en las redes, carente de toda confirmación, sin base alguna de rigor informativo, no pocas veces negocio de vivos que invierten nada y obtienen jugosas ganancias económicas.
No confirmemos el presagio de escritor italiano Umberto Eco cuando dijo: “las redes sociales le dan derecho a hablar a legiones de idiotas”, y ahora, agregaríamos, “…también de matar”.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta