* No es únicamente Moisés
El mensaje implícito que llevó el anuncio a través de las redes sociales, en el sentido de que el ex dirigente magisterial, Moisés Jiménez, era buscado por la justicia por el delito de malversación de recursos y enriquecimiento inexplicable, evidentemente que no es únicamente dirigido al señalado, sino para un buen número de personajes de la política hidalguense que lograron amplios beneficios del sistema, pero hoy por hoy se presentan como sus más acérrimos críticos y de plano cabeza de movimientos en su contra.
Ha sido una historia eterna, en que los rompimientos de quienes se pensaban “soldados eternos del tricolor”, se traducen de la noche a la mañana, en una intensa actividad tendiente a mostrar a sus seguidores que con o sin el apoyo del sistema político bajo el cual crecieron, son lo mismo y hasta más.
El hecho es que no es así. Que el poder que lograron amasar tiene como origen el haber sido parte de una gigantesca maquinaria, pero solo parte que conste, de ningún modo un motor fundamental, si acaso un engranaje complejo pero al final de cuenta prescindible.
Cuando deciden que esa verdad, que aceptaron en todo momento cuando su trayectoria se esculpía, de pronto es falsa, empiezan un larguísimo calvario que los llevará a descubrir una verdad terrible, pero al final verdad: son poco menos que nada sin el intrincado sistema que les otorgó, prestado, el sueño del poderoso.
El mensaje de ningún modo es solamente para Moisés Jiménez o para el magisterio hidalguense.
Va directo a grupos como el de la Universidad del Estado, y su dirigente, Gerardo Sosa, quien evidentemente ha sido respetado en su parcela de poder por una razón fundamental: le ha funcionado al sistema, y arriesgar la estabilidad de la institución (criticable pero real) con tal de echarlo del poder que ha ejercido en nuestra máxima casa de estudios, ha sido un factor fundamental para que no haya transitado al exilio.
Porque, guste o no, la UAEH bajo la mano casi dictatorial del susodicho, resulta más provechos a un gobierno, que tomada, o asaltada por personajes con tendencias de izquierda, obnubilados con la idea de que podrían convertirla en una gigantesca Escuela Normal de El Mexe, con todo lo que esto implica.
Y evidentemente en cualquier ejercicio de poder se toman medidas pragmáticas al cien por ciento. Eso explica la permanencia de Sosa, pero también la posibilidad de que haya perdido la brújula y creer con toda el alma que sin él la gran maquinaria a la que pertenece, le guste o no, se hará polvo.
No será así, y de un modo u otro lo sable, porque no es un político inocente ni amateur. Por el contrario sabe a la perfección el terreno que pisa, y querer convencerse de lo contrario, producto de la soberbia y la burbuja en que ha decidido encerrarse a piedra y lodo con la certeza de que solo las lisonjas son verdaderas, es un riesgo que no puede asumir porque simple y sencillamente no puede.
Y como él hay más, que hoy mismo entienden que con todo y el reclamo de herencias de poder, de historias legendarias y todo lo que usted quiera, tampoco son motor vital de la gran maquinaria, que con o sin ellos, camina.
El mensaje no es, evidentemente, solo para Moisés Jiménez. Eso está claro.
Mil gracias, hasta mañana.
twitter: @JavierEPeralta