Llegamos a la Fase 3, la solidaridad es Quedarse en Casa
Finalmente llegamos a la Fase 3 de la pandemia por coronavirus Covid-19, en nuestro país. Es decir que estamos ante el momento más crítico de una de las historias más dramáticas que se hayan escrito en territorio mexicano, y que solo pueden tener similitud con una guerra, salvo que en este caso el enemigo no está a la vista y solo sabemos de él cuando ha atacado con saldos trágicos.
Todo lo anterior ha permitido observar una respuesta de la ciudadanía, que evidentemente no ha sido la misma que se registró ante fenómenos naturales como los terremotos en la Ciudad de México o inundaciones. Lejos de ello, a estas alturas y ya en plena Fase 3, todavía son muchos los que aseguran que todo es un invento de mentes perversas con quién sabe qué objetivos malvados, por lo que se han negado terminantemente a #Quedarse en Casa, lo que evidentemente pudiera detonar el número de contagiados y muertos.
No es gratuita la actitud de amplios sectores de la sociedad, producto de una capacidad absoluta para la incredulidad y sospechar de todo, además de encontrar en cualquier asunto oficial suficientes elementos para dar el veredicto lapidario del “no te creo”, y proceder en consecuencia con el riesgo de su propia existencia.
Vivimos en el mundo soñado por los productores de películas como “Matrix”, de series como “El Hombre del Castillo”, que plantearon la posibilidad de que vivamos en una realidad virtual y que nuestra conciencia real habite un cuerpo encarcelado para producir baterías Duracel que alimenten a las máquinas que gobiernan todo. O bien que los Nazis y japoneses ganaron la Segunda Guerra Mundial en una de muchas realidades, bajo el entendido de que la teoría cuántica es cierta.
Ese es el cuestionamiento que más daño hace en una sociedad como la nuestra, convencida de que vive en la Caverna-alegoría de Platón, donde solo conoce sombras de las verdades, y por lo tanto no está obligada a dar su aceptación para todo lo que se le presenta, con todo y la pruebas contundentes que construyen miles y miles de difuntos en el planeta.
Sin embargo estamos en la Fase 3 de la pandemia del coronavirus, es decir el momento en que los contagios pasarán a ser de tipo masivo; en que las muertes por lo tanto se multiplicarán, y en las que la sospecha de su veracidad se transformarán en la sospecha del que está junto, del que pasa por la calle, del que tosió o estornudó; de los que ven fuereños en pueblos hasta hace poco despreocupados, pero que por desgracia no dudarán en invocar los linchamientos como parte de sus usos y costumbres para evitar peores daños.
Lo cierto es que hay una manera de evitar que la solidaridad que tanta fama nos dio en el planeta entero por la actitud asumida en los terremotos, se transforme en la persecución de quien se cree ha sido contagiado; y esa es la información seria y directa, que a su vez se convierta en acción. Y la acción no es ningún acto heroico en que se exponga la propia existencia. La acción es una y simple: QUÉDESE EN SU CASA.
Recuerde que al cuidarse, cuida a los demás.
Recuerde también que los que usted ve en la calle, en su mayoría, lo hacen por necesidad, porque no todos pueden tener la oportunidad de parar sus actividades y aún así sobrevivir económicamente.
También que muchos son los que atienden a su familia, a usted mismo cuando se enferma, y hablamos de doctor@s, enfermer@s, camiller@s, en fin todos los empleados de hospitales.
También de policías, personal de limpia, bomberos, socorristas.
También de quien le ayuda a usted en su casa, de conductores de unidades de transporte, de trabajadores de medios informativos. En fin, la lista es larga.
Pero todos los demás, usted, el que le escribe, cada uno de nuestros parientes, deben quedarse en casa. Pasará completo el mes de mayo y puedo asegurarle que volver a ver las calles, los cines, los puntos de reunión con personas, será el mejor premio para su esfuerzo.
Por favor, QUÉDESE EN CASA.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta