*De las lunas, la de octubre es más hermosa
Ha tardado más de la cuenta en salir la Luna y seguramente no lo hará porque el cielo ha estado nublado desde la mañana, y pasadas las seis de la tarde la esperanza de verla resplandeciente se ha perdido, de tal modo que tendremos que esperar el arranque del mes que la idealiza porque nunca el satélite natural de la Tierra es más hermoso que en octubre. En vísperas que se cumplan las palabras de la canción, llueve y llueve y llueve.
Ya no hacen el tiempo igual que antes. Me recuerda a don Manuelito que cubrió la región de Tizayuca durante mucho tiempo en este diario, y que un día nos comentó a Cristóbal, editor de la sección de Región, y a quien esto escribe que había sido admirador permanente de los poderes afrodisiacos de los ostiones a lo largo e su existencia, pero algo había pasado que ya no funcionaban, “ya no salen como antes”, comentó sin el menor afán de bromear, todo serio y compungido.
Lo mismo pasa con las estaciones del año.
Hay poca seriedad en las fechas, y por eso la Luna quién sabe hasta cuándo aparecerá en el cielo, que últimamente resulta más huraño que quienes habitamos la ciudad. Se esconde, usa una capa densa de nubes y no permite ver sus verdaderas intenciones. Es definitivo que la Luna tardará mucho para iluminar la noche.
Cada año es ya una tradición recordar la canción esa de que, “de las lunas, la de octubre es más hermosa”. Pues ahora ni luna.
En un abrir y cerrar de ojos se nos fue el año, y luego vendrán los fieles difuntos, mi cumpleaños por supuesto –ya en plena bajada en la resbaladilla que solo puede conducir a la salida-, la Navidad, el Año Nuevo y otra vez a darle vuelta a la cuerda del reloj.
Es de suponerse que con la llegada de octubre las lluvias toquen retirada, pero la verdad es que bien pueden quedarse otras semanas, hasta el mes completo para de plano echar por tierra la maravilla que pronosticaba la canción
Solo el amor puede traer de vuelta a la luna en días nublados, además que es el ingrediente esencial para que brille como gigantesco faro en las noches. El amor salvará todo, dicen los que saben del asunto, y puede que en una de esas hasta la fama que nos contaban los abuelos para este antepenúltimo mes del año.
Con 2019 casi llegamos al 2020, y seguro muchos dirán que nunca esperaron que esto sucediera como ver a todos y cada uno de los amigos rondar, llegar o rebasar los 60 años de edad. ¡Válgame Dios, todos integrantes de la Tercera Edad, listos para anunciar cualquier día que la calaca tocó a sus puertas para anunciarles que cualquier día pasará por ellos! (Que conste, por ellos, que no por mí).
Tengo la esperanza de que una gigantesca pelota plateada en el horizonte dará constancia absoluta de que algo cambia al paso de los meses hoy mero por la noche.
A veces resulta aconsejable quedarse quieto, no salir de la casa, consumirse entre las sábanas, ver sin mirar la televisión, ir de un lado a otro en la internet, rogar para que llegue la noche simplemente y pensar que mañana, siempre mañana, todo deberá ser diferente.
Es lo mismo, aseguran los que gustan del pesimismo, pero sin esperanza de que algo cambie y sin que llegue el sueño.
Así que delo por hecho que mañana, es decir hoy cuando me lea, la Luna como una pelotota se pondrá en el mero centro del cielo, y confirmará que la canción no se equivoca, de tal modo que de las lunas, la de octubre es más hermosa.
Mil gracias, hasta mañana.
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