Morena, una depuración necesaria en Hidalgo
Morena no solo fue subastado al mejor postor, sino que se mantiene como un partido donde los principios que lo rigen nada tienen que ver con la 4T
La entrega que el naciente gobierno federal hizo del partido que lo llevó al poder a un grupo caciquil en Hidalgo carente de historial alguno en la lucha social, resultaba hasta hace poco un caso inaudito que no tenía explicación alguna y que, en un gesto de buena fe, se justificaba por la coyuntura del pragmatismo a ultranza generada durante el periodo de campaña, y que obligaba al hoy Presidente López Obrador, a la realización de alianzas con quien fuera sin “viriguación” previa de con quién establecía lazos de cooperación.
Nadie entendía en términos reales, cómo era posible que hubiera entregado a un grupo político como el denominado “Universidad”, el manejo del Congreso del Estado, a través de diputados que, en el mejor de los casos, simplemente obedecía ciegamente las órdenes y directrices del jefe mayor de ese organismo de poder político, Gerardo Sosa Castelán.
Sin embargo en los hechos el pago de favores a los personajes citados se dio en toda la extensión de la palabra, de tal modo que hoy por hoy es evidente que los legisladores morenistas, con absoluta beligerancia, al menos los que designó e impuso el líder del grupo citado, intentan cada vez que así les ordenan, descarrilar al Poder Ejecutivo, a quien achacan las investigaciones que la Secretaría de Hacienda sigue a cuentas de sus jefes.
Morena no solo fue subastado al mejor postor en la entidad, sino que se mantiene como un partido donde los principios que lo rigen poco o nada tienen que ver con los de la Cuarta Transformación.
Urge pues un rescate integral del instituto político por quienes se han mantenido fieles a los principios de la lucha por una sociedad mejor e igualitaria, casa y morada de personajes que han dedicado prácticamente toda su vida a una lucha comprometida y seria contra los cacicazgos y las obsesiones del poder, rasgos que hoy distinguen el manejo del partido del Jefe de la Nación.
Mientras tanto hoy mismo somos testigos de un escenario imposible de comprender, en que otros personajes igual de alejados de compromisos reales con la sociedad, pretenden tomar por asalto el botín que representa Morena, para quitar a otros de su misma calaña y colocarse en la dirigencia sin merecimientos de ningún tipo.
El problema fundamental radica en que ningún personaje, por muy histórico que lo consideremos, puede cimentarse en su gestión sin una estructura partidista real y fiel a sus compromisos. Morena, a la larga, será la única posibilidad para un Presidente como Andrés Manuel López Obador, hoy narrador omnipresente de la vida nacional, pero que por evidentes y lógicas razones, no puede estar en todos los lugares y al mismo tiempo.
Solo una depuración de los siniestros personajes a los que directa o indirectamente dio el visto bueno para apropiarse de su partido, puede permitir que recupere la plataforma vital para un hombre de poder.
El caso Hidalgo no es único.
Tampoco es seguro que de primera mano haya dado el visto bueno el hoy Presidente para una asociación tan rara y confusa con un grupo político caciquil, al que hoy ha decidido investigar a fondo para conocer el origen de su riqueza económica, a través de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda.
Solo con este proceso de limpieza, será posible que AMLO recupere una base política que le será vital en un futuro inmediato.
Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta