* De títeres y titiriteros
Una de las complicaciones más grandes que se presentan en cualquier negociación, es que los titulares de un determinado organismo no acudan, y en su lugar manden representantes, o bien usen encargados de oficina a los que sus jefes intentan manejar a control remoto. Los resultados siempre serán lamentables, porque ningún acuerdo a que se llegue tendrá una seriedad real, porque el que decide puede cambiar en cualquier momento y argumentar que en quien delegó la responsabilidad no cumplió lo que le fue ordenado.
Desde el arranque de la actual legislatura del Congreso de Hidalgo, el Presidente de la Junta de Gobierno, Ricardo Baptista, ha jugado el penoso papel de ser un simple representante de quien en términos reales y concretos maneja el destino del Poder Legislativo, lo que ha terminado por colocarlo en una situación lamentable al mostrarse conciliador y tolerante por la mañana, para transformarse en todo lo contrario por la tarde, de acuerdo al humor de quien lo maneja.
Así ningún acuerdo puede tomarse en serio, porque de origen perdió esa cualidad, ya que ningún muñeco de ventrílocuo, por mucho que haya sido tallado con cuidado, deja de ser eso: un muñeco en manos de su dueño.
Morena en la Cámara de Diputados, no responde a los intereses de Morena, y mucho menos a los del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Adquirida como una franquicia más del Grupo Universidad, solo responde a esos intereses, es decir una minoría que en ningún sentido representa la totalidad de voluntades de la comunidad universitaria.
Como tal, no busca entablar diálogo para llegar a consensos, sino imponer a toda costa las directrices que el grupo político citado cree le beneficiarán, o cuando menos le facilitarán el camino para el asalto al poder tanto tiempo añorado.
Hacer política dejó de ser, desde hace mucho tiempo, el objetivo de la bancada Morenista, y sí en cambio la tendencia a impulsar enfrentamientos con el Poder Ejecutivo, en su afán de exponer y exhibir a quien consideran su enemigo mortal, por la simple y sencilla razón de que no se ha doblegado a la táctica de la amenaza que tan bien le había funcionado al Grupo Universidad.
Lo preocupante del asunto es que un Poder Legislativo que a toda costa busca implantar un clima de confrontación con el Ejecutivo, sólo puede derivar en complicaciones para los habitantes de la entidad, de la sociedad en su conjunto.
Asumir la pose de que a partir de ahora pueden no solo modificar, sino de plano desechar el proyecto de Presupuesto de Egresos que a finales de año les llegará, y en su lugar presentar y aprobar uno a su antojo y de acuerdo a los proyectos que trae en cartera su líder único, es un absurdo de principio a fin.
Sin embargo el hecho fundamental es que ningún muñeco de ventrílocuo, ningún títere de pequeño circo, garantiza nada a quien busca el diálogo y la negociación como camino para dirimir conflictos.
A estas alturas el lamentable papel de Baptista se entiende que no cambiará, y si pregona que decidió tomar las riendas de la responsabilidad que le fue entregada, ya nadie confiará en que esto sea cierto, porque ningún representante o delegado por muy autónomo que se presente puede sustituir al titular, al verdadero jefe, al que manda, pues.
Ese es el drama que enfrenta el Estado de Hidalgo.
A trasmano se puede manipular, pero en definitiva es imposible lograr acuerdos con la otra parte donde su titular sí está presente.
Lo repito: una lástima por lo que alguna vez fue Baptista.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta