* UAEH, hacia una nueva era
Pocos casos como la investigación que sigue la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda sigue a cuentas bancarias de personas ligadas a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, y que se presume han incurrido en delitos como lavado de dinero y corrupción, han atraído tanto la atención de la ciudadanía desde hace mucho tiempo. Dos nombres destacan entre los que aparecen como firmantes titulares de las cuentas que siguen “congeladas”: Gerardo Sosa Castelán y Adolfo Pontigo Loyola.
Uno, máxima autoridades en la UAEH por mandato legal, luego que la Ley Orgánica de la institución educativa fue modificada para entregarle al Patronato Universitario del que es presidente, todo el poder para decidir en el destino que se dé hasta el último centavo de ingresos económicos, sean por vía presupuestal o por las ganancias que obtienen de las empresas universitarias.
Otro, rector para cubrir las apariencias, pero designado directamente por el Presidente del Patronato, quien con poder que le otorga la ley mencionada, tiene las atribuciones para designar una terna de la que finalmente salga el nuevo ocupante de la rectoría.
Esa fue, en principio, su defensa cuando observó que el mar se les venía encima: “yo no manejo recursos económicos, eso corresponde al Patronato Universitario”.
Sin embargo, y luego de una reunión con Sosa Castelán, Pontigo Loyola modificó totalmente su actitud y se mostró como alguien dispuesto a salir en defensa de quien siempre ha sido su jefe, cueste lo que cueste.
Esta historia en que el Presidente del Patronato ha caído en su propia trampa de creerse invulnerable, a tal grado que ha pretendido enfrentarse con el gobierno del Presidente López Obador, a quien reclama protección por el apoyo que le brindó cuando era candidato, solo puede tener un desenlace, y que es el fin de su reinado en todos los campus de la UAEH.
Otro, si insiste en su beligerancia, es que además de perder el control de la Máxima Casa de Estudios del Estado, sea detenido en cualquier momento por la Fiscalía General de la República para enfrentar las acusaciones que hoy trabaja en confirmar y comprobar la UIF de Hacienda.
Desde ya también, diferentes cuadros al interior de la universidad que se han mantenido agazapados por el terror que les inspira Sosa Castelán, han empezado a moverse para presentarse como una opción en caso de que el grupo político dueño de todos los destinos de la institución, de pronto se colapse y pierda el control.
Pero, ojo, se trata de grupos muy diversos, en que incluso aparecen los que busca disfrazare de opositores a los designios del propio Grupo Universidad, para mantener bajo su mando a la institución de manera encubierta. Es decir, cambiar en apariencia, pero no cambiar en términos reales.
Otros que ya trabajan en hacerse presentes, son los radicales de izquierda que simplemente esperan la ocasión de quitar al que está, para ponerse y echar a andar una universidad estilo Mexe, pero tamaño familiar, y de ese modo mantener a raya el gobierno de Omar Fayad con paros, cierres de carreteras, marchas con hechos violentos e impulsar un clima de desestabilización en todo el territorio hidalguense.
Y la última posibilidad que sin duda puede ser la mejor: el surgimiento de nuevas alternativas con personajes de probada honorabilidad y honestidad, que instauren una nueva era de democracia, en que el Consejo Universitario deje de ser un grupo de marionetas supeditadas a lo que diga un grupo de poder para moverse a la derecha o izquierda.
Una nueva era en la que por fin el estudiantado, los profesores, los trabajadores, sean escuchados para crear una universidad de vanguardia no solo en infraestructura, sino en la libertad de pensamiento de cada uno de sus integrantes.
Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta