• Lo que me haces, ¿se lo haces a todos
los universitarios?
Si el bloque de 224 cuentas bancarias a particulares relacionados con la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), entre ellas la del rector Pontigo Loyola, y del Presidente del Patronato Universitario, Gerardo Sosa, “por actividades presuntamente ilícitas de corrupción”, no desata las alertas en el grupo político que dirige los destinos de la institución educativa desde hace 37 años, resulta complicado saber entonces qué sí lo hará.
Porque con todo y que se habilitaron por parte del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Hacienda, Santiago Nieto, aquellas que estaban destinadas al pago de nóminas, el propio funcionario adelantó que se continuarían las investigaciones al presumirse lavado de dinero, conflicto de intereses y venta (ilegal) de hidrocarburos.
Gerardo Sosa, en un tono que es difícil si calificar como retador o de plena desesperación, dijo a estudiantes, maestros y trabajadores reunidos en el Centro de Extensión Universitaria, que a todos los habían calificado de huachicoleros, porque la UAEH sí tiene pero solo una gasolinera, y luego entonces la acusación caía sobre todos.
En este juego que ha manejado el Grupo Universidad para hacer frente a cualquier señalamiento, el líder único y vitalicio del mismo, aplica la estrategia de buscar que sean los 7 mil 500 trabajadores y los más de 60 mil alumnos los que carguen con lo que hoy se observa como conflicto de intereses de un número determinado y reducido de funcionarios universitarios, que han manejado a su gusto recursos económicos vía presupuestos, y también a través de Empresas Universitarias que nunca han rendido cuentas a nadie.
“Lo que a mí me dices, se lo dices a toda la comunidad universitarias. De lo que a mí me acuses, acusas a todos. Lo que a mí me haces, se lo haces a todos”, parece ser la consigna a imponer en el imaginario de toda la ciudadanía del Estado, y así generar la idea de que por razones absurdas, el gobierno federal pretende acabar con una universidad en su conjunto nadamás porque son chingones.
Sin mediar consulta de ningún tipo, los líderes del Grupo Universidad, dan por descontado que todos los universitarios avalan todas y cada una de las acciones que estos personajes han tomado en su nombre, como descontarles de su salario recursos para incrementar su ahorro de jubilación sin que lo supieran, además de imponerles suscripciones a un medio informativo impreso, que hasta antes de bajar del portal de la UAEH el apartado de “Empresas”, aparecía como una más de las mismas.
El liderazgo de un personaje como Gerardo Sosa vive uno de sus momentos más complicados, producto de un equipo de colaboradores incapaces de cuestionarle ninguna de sus acciones, y por el contrario inflar aún más la cápsula en que han aceptado se encierre desde hace tiempo y donde solo pueden pasar los “sí señor, como usted diga; qué atinado señor, qué decisión, qué visión”.
Mal harían en creer que si la embarcación se va a pique, ellos podrán salvar el pellejo e incluso pelear por buscar sucederlo a partir de negar toda relación con él, porque ningún hombre de poder es fruto de la generación espontánea, y sí en cambio de un grupo de colaboradores que se beneficia de su locura, o se enorgullece de su cordura en el ejercicio del mismo.
De origen todos los que han buscado con ansiedad tener en sus manos el poder, saben que es efímero, que intentar eternizarse en su uso y abuso solo conduce a la perdición, porque solo el temor y el terror pueden dar como resultado colaboradores-súbditos que tiene como mayor logro asentir a todo, aceptar, aplaudir incluso antes de entender lo que se les pide.
Y en todo este capítulo, que bajo ninguna circunstancia podríamos afirmar es la sepultura de un político como el mencionado, -porque en estos menesteres hasta los cadáveres que hieden de pronto reviven-, es fundamental evitar el manejo como arma de combate de la comunidad universitaria, que sí existe, que sabe disentir y decir no, por la simple y sencilla razón de que piensa, y piensa mucho.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta