De juegos y de realidades
Ayer por la noche dio principio en la televisión mundial, un acontecimiento que ha centrado la atención del público espectador a lo largo de varios años: la temporada final de ¨Juego de Tronos¨, que no es otra cosa sino la historia descarnada y reveladora de lo que ha sido la lucha por el poder en la historia de la humanidad, con todos los elementos que con regularidad se presentan, y que por supuesto no descartan el asesinato, las traiciones al por mayor, y la enfermedad en todo su esplendor, cuando la pelea ya no es por beneficios económicos, sino la búsqueda ansiosa de lo que llaman ¨legado¨ que dejarán para las generaciones futuras.
Hidalgo es un territorio que ni mandado a hacer para observar este fenómeno, pero ya no dio fruto de la pluma inspirada de algún escritor, sino de un reducido grupo de señores de la política, con la capacidad de poder tomar decisiones aún muertos. Es pues una historia aún más poderosa, porque no tiene ningún tipo de límites, incluso capaz de levantar muertos vivientes, y lograr efectos inmediatos ya instalados en los cielos o infiernos de los que nos dejan.
Toda persona que decide ingresar al mundo de la política, debe estar preparada para muchas cosas, aunque sin duda una característica y exigencia fundamental será siempre, que solo puede tener una lealtad leal hacia una persona: ella misma. Pregonar que le será leal a quien le dio la primera oportunidad, a quien le distinguió con su apoyo ¨cuando era nadie¨, es una historia sólo propia para bobos. El verdadero político sabe que por sobre todas las cosas solo puede estar él y nadie más.
Y con todo, deberá tener la vocación de servicio real, constante y constatable, porque al final del día el legado para la posteridad sólo puede ser fruto de un amor entrañable por la tierra donde nació, y una necia intención de generar un cambio par los cientos de miles que conoce que nunca han tenido oportunidad alguna de progreso.
Lo mueven pues dos razone: por un lado la actitud narcisista que existe en todos los seres humanos, aderezada con una ambición desmedida que impide satisfacer sus instintos, de ahí la frase de que ¨no tienen llenadera¨.
En ese nivel se quedan los politiquillos, los que no aspiran a nada más que hacerse de un buen capital económico y gozar la vida, además de asegurar el futuro de sus hijos y nietos. Son los más comunes, y que a la primera de cambio cambian esa seguridad material por una supuesta aspiración al cargo mayor.
En segundo lugar están los que estirarán hasta donde sea la liga de las negociaciones, pero siempre estarán dispuestos a pactar cuando crean conveniente. Son expertos en montar escenarios para aparentar que están dispuestos a todo, incluso a la autoinmolación en plena vía pública por lograr su cometido, que generalmente es un cargo de elección popular desde donde puedan incrementar el saldo de sus cuentas bancarias.
Por último están los verdaderos políticos, porque con todo y que siempre pasan por los estadios anteriormente mencionados de crecimiento, dejan muy en claro que dejarán todo, incluso riquezas y cariños de quien antes los vio con sentido paternalista, para acrecentarse de recursos, llegar a puestos, pero finalmente no pactarán, no negociarán lo que consideran su legado inmortal.
Son los más peligrosos a veces hasta para ellos mismos, porque en un abrir y cerrar de ojos habrán desatado guerras intestinas en el partido que los nominó, en la sociedad a la que supuestamente gobiernan, en fin, en todo lugar donde se planten sus pies.
Estarán dispuestos a lo que sea para lograr sus cometidos, porque lo que ayer era simple ambición de cargos, de dinero, de buenas a primeras es el futuro, el recuerdo que dejarán, y ante eso simplemente no hay vuelta atrás.
De tal modo que el Juego de Tronos es una realidad en nuestro propio Estado y desde hace un buen tiempo somos testigos de su temporada final.
Le sugiero que siga los pormenores de la serie de televisión, que haga comparaciones, que a partir de lo anotado róbese e las semejanzas necesarias, para descubrir, a veces con sorpresa, que ya conoce a muchos de los personajes que pelean por el trono de hierro.
Que incluso ha convivido con ellos, y en una de esas hasta resulta que fueron sus amigos y amigas, o por lo menos conocidos con los que podía entablar pláticas constantes.
Mil gracias, hasta mañana.
Jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
CITA
Toda persona que decide ingresar al mundo de la política, debe estar preparada para muchas cosas, aunque sin duda una característica y exigencia fundamental será siempre, que solo puede tener una lealtad leal hacia una persona.