* Lugo del domingo, la elección real
Pasadas las elecciones del domingo, nuestro estado empezará a vivir momentos complicados ante la inminente selección de candidatos a gobernador. Digo complicados, porque el entramado del poder se aprecia como pocas veces plagado de personajes que apuestan a su última oportunidad para lograr la nominación.
Y en política como en cualquier otra actividad, no hay nada más peligroso que los desesperados y los dispuestos a poner en la mesa de las apuestas su resto, “pase lo que pase”.
Los cambios generacionales colocan en la pista de salida a varios políticos hombres y mujeres. Algunos en la que consideran su búsqueda final de la nominación, otros porque las condiciones les permiten aspirar por única ocasión a esa posibilidad.
Es decir, están los que ya participaron en este proceso y no quedaron porque decidieron aceptar que no era su momento, pero siempre con la certeza de que tarde o temprano llegaría el ansiado tiempo para ellos.
Sin embargo se agregan los que por razones específicas de la estrecha relación que guardan con los hoy personajes hidalguenses fundamentales en el ámbito nacional, son prácticamente empujados para anotarse en la interminable lista.
No será fácil ni terso el camino que lleve, me refiero al Revolucionario Institucional, para elegir su candidato que buscará suceder al gobernador Olvera. Implicará largas pláticas de avenencia, por supuesto de negociación, porque se da por hecho que por lo menos dos de los pretensos han insistido en que “son… o son”.
Así las cosas el proceso que vive una primera etapa en la elección de diputados federales del domingo, porque habrá de definir el peso específico de cada uno de los protagonistas, tendrá que implicar un elemento vital, sustancial, y nos referimos a quien haga de árbitro o director de esta que será la elección interna tricolor más complicada en la historia de la entidad.
Por muchas razones el resultado de lo que pase este domingo, otorgará un peso específico al voto que por tradición tiene el mandatario en turno. Ganar los siete distritos electorales, lo colocará en una condición incluso cómoda para definir con precisión el camino que tome su propia sucesión.
La razón es una y simple: no hay mejor carta para cualquier hombre de poder, que llegar como un ganador en todo el sentido de la palabra.
Y por lo que se ve, la buena estrella del mandatario hidalguense, todavía lo sigue.
En tanto, cualquiera que sea su opinión del sistema político que vivimos, o padecemos según sea el caso, sobra decirle que sin otro camino real para elegir a nuestros representantes populares, hoy por hoy el voto es la opción real. No conozco otro se lo confieso.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
twitter: @JavierEPeralta