Poder en Hidalgo, cada cual en su lugar
Contra todo lo que anticipaban agoreros del desastre (permítaseme esta figura casi literaria de la política rupestre), la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, no representó para Hidalgo ni el enfrentamiento con el gobernador Omar Fayad Meneses, ni el encumbramiento al Poder Ejecutivo del líder del Grupo Universidad, Gerardo Sosa Castelán.
La razón es que, también contra todos los vaticinios trágicos, los tres son políticos de amplia experiencia, y que están consientes de que no pueden, ni deben caer en la tentación de caer en provocaciones, y por el contrario respetar la investidura que cada uno de ellos tiene.
Algunos plantearán que se repite la historia en que un poder absoluto representado por el Jefe de la Nación, simplemente no permitía cuestionamientos de ningún tipo, bajo la tesis de que los gobernadores de cada entidad de la República Mexicana, estaban con él, o en automático se convertían en sus enemigos.
Los tiempos, para fortuna de todos, son otros, y es posible observar a un Presidente que es capaz de escuchar a mandatarios estatales, sin girar instrucciones fulminantes a su Secretario de Hacienda para que le haga la vida imposible a quien se haya atrevido a cuestionarlo.
Hay, por supuesto, interesados en que, al menos el caso de Hidalgo, AMLO le cobre animadversión al gobernador Fayad, porque están seguros que eso les retribuirá ganancias políticas.
Hoy la oposición política en el Estado, la encarna no Morena y sus integrantes, sino Sosa Castelán y todas las ramificaciones de poder con que cuenta, entre ellas buen parte de los diputados locales y federales del partido presidencial.
Su proceder ha sido el de siempre: buscar ponerle trampas al Jefe del Ejecutivo estatal pero sin dar la cara. Para ello cuenta con toda una infraestructura mediática que logró erigir con recursos públicos, pero que están a su servicio, lo mismo en medios radiofónicos que impresos. Ha sabido pues construir una estructura que solo responde a sus órdenes.
Sin embargo se ha cuidado de no radicalizar sus posiciones, y estar a la espera (ya desesperante por su edad) de recibir el visto bueno del Presidente de la República, quien sin embargo nunca lo hará, y esto lo sabe.
Por su parte del gobernador Fayad, se ha conducido con inteligencia para dejar muy en claro que el ejercicio de la política ha cambiado radicalmente en Hidalgo, con todo y que sea el PRI el único partido que lo ha gobernado.
Es decir, logró adelantarse a demandas ciudadanas que exigían una transparencia absoluta en el manejo de los recursos, además del combate frontal a la corrupción. Ambas acciones decidió emprenderlas desde el primer día de su gestión como gobernador, lo que le ha valido el reconocimiento del propio Presidente.
Del Primer Mandatario del país, es conocido su reconocimiento al trabajo de Omar Fayad, y una actitud ajena a toda confrontación, porque simple y sencillamente no hay razón para ello.
De tal modo que ante lo anterior el Plan Maestro del Grupo Universidad para generar enconos entre el Poder Ejecutivo Estatal y el de la Nación, simplemente no funcionó, y fue parado en seco por su propio creador, que podrá padecer de muchas fijaciones por el poder, pero nunca de torpeza política.
Así están por el momento las cosas.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
CITA:
Hoy la oposición política en el Estado, la encarna no Morena y sus integrantes, sino Sosa Castelán y todas las ramificaciones de poder con que cuenta, entre ellas buen parte de los diputados locales y federales del partido presidencial.